Los motivos que aduce Microsoft son “la imposibilidad de mantenerse al día con los mayores requisitos de seguridad”.
Y es que en el mundo tecnológico las cosas son así. Windows 7 no ha llegado a una década de existencia, y ya su vida útil está por finalizar. Microsoft, quien dejó de ofrecer el sistema operativo a OEM en 2014 y retiró el soporte técnico hace dos años, quiere ahora que los usuarios empresariales dejen de usar Windows 7.
Según informa el diario The Register, ha sido Microsoft Alemania la que ha empezado a animar a los usuarios de negocios a actualizarse a una versión más reciente del sistema operativo, alegando que Windows 7 ya no es “apto” para ser utilizado en empresas.
Markus Nitschke, director de Windows en Microsoft Alemania, explicó que el sistema “ya no puede mantenerse al día con los mayores requisitos de seguridad“, ya que “se basa en arquitecturas de seguridad desactualizadas”. Por ello, sugirió a los clientes corporativos la “transición a un sistema operativo moderno con el tiempo”.
Esta referencia “con el tiempo” estaría relacionada con la inminente extinción de Windows 7, que en 2020 dejará de contar con el soporte de Microsoft y perderá incluso las actualizaciones de seguridad.
¿Y se podrá hacerlo?
Claro que una cosa es querer acabar con Windows 7 y otra muy distinta lograrlo. Al igual que Windows XP, la plataforma tiene su cuota de usuarios entusiastas. Es prácticamente omnipresente en los entornos corporativos, y con un 48,34% de cuota, su implantación en PC es casi el doble que la de Windows 10.
Además, existe el hecho de que Windows 7 es utilizado por equipos industriales sensibles y complicados, sistemas que no se pueden actualizar sin tener problemas de compatibilidad. Por todo ello, si Microsoft quiere tener más éxito que con la interrupción de Windows XP necesitará mucho más que una recomendación a los usuarios de empresas.