Google planea que su automóvil sea completamente operativo, por lo que decidió incluir volantes y pedales, luego airbags exteriores y ahora, ha patentado un sistema capaz de identificar un atasco.
Este sistema detectará los obstáculos, calibrará su naturaleza y en el caso de que sea necesario tomará las medidas necesarias para sortearlo. El vehículo abre todo un mundo de posibilidades, aunque por ahora solo es un prototipo.
El coche autónomo podrá resolver rápidamente hasta el 80 % de los problemas y, cuestionado por la falta de legislación vigente, podría convertirse en una realidad en el año 2020, fecha en que vaticina Google que una flota de modelos estará disponible para el mercado.
La patente de Google propone un centro de asistencia para informar de cualquier situación, de cara a que el coche pueda resolver los problemas sobre una ruta previamente planificada.
Así, una vez que el sistema reconoce a otro vehículo parado por cualquier circunstancia, se activaría un sensor experto que sería capaz de detener la marcha y evitar una colisión.