Ansiedad por adquirir algo o comentar lo que los demás publican, imaginar que el celular vibra o suena cuando en realidad no lo hace y la falta de memoria, son algunos de los aspectos que las redes sociales están afectando en el cerebro.
De acuerdo con un artículo publicado en Fundación Telefónica, el cerebro está en constante evolución, por lo que estar conectados a Internet todo el tiempo, leer y compartir lo que otros dicen, está modificando la manera en que el cerebro funciona.
Entre estas nuevas afectaciones, menciona el fenómeno conocido como FOMO (fear of missing out), o miedo de perderse algo, el cual consiste en sentir irritación o ansiedad porque no se está haciendo todo lo que otros.
A este respecto refiere que cuando se publican fotos de fiestas o visitas a lugares, el FOMO provoca que la persona se pregunte si debería también salir o probar lo que otros comparten en las redes, llevándolo a sentir disgusto con lo que está haciendo en ese momento y envidiando a los demás.
La publicidad de comida en las redes sociales ya ha sido estudiada anteriormente, sin embargo su análisis se ha visto incrementado por el actual término “Food porn”, como se le conocen a las fotografías de comida que son compartidas en esos sitios virtuales.
En el artículo se cita un estudio en The Journal of Neuroscience, el cual devela que ver fotografías de comida que luce deliciosa puede causar que se coma más de lo que se necesita, y en los peores casos se puede terminar con una adicción a la comida.
También se han dado casos en los que las personas comparan los alimentos que comerán o están comiendo con los que publican sus amigos, y si es a la vista una comida más deliciosa de la que ellos comerán, no la disfrutan igual.
Otra de las afectaciones es el insomnio; las personas antes de dormir revisan Facebook, Instagram, Twitter o cualquier otro sitio, alterando con ello el patrón de sueño que tenían.
Esto se debe en gran parte a que se ha comprobado que la luz que emiten las pantallas de los dispositivos engaña al cuerpo haciéndole creer que aún es de día, lo que mantiene al usuario despierto hasta altas horas de la madrugada.
Además, junto con el uso de las redes sociales en teléfonos móviles o tabletas, ha nacido el síndrome “Phantom vibration”, que hace que los usuarios imaginen vibraciones de sus dispositivos cuando no han recibido ninguna notificación.
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