Ahora mismo, para cualquier empresa es todo un reto mejorar significativamente la eficacia y el rendimiento de las TI y a este panorama hay que sumarle los nuevos desafíos que representan la era Cloud y la Movilidad.
En este escenario, el centro de datos definido por software (SDDC) puede convertirse en la solución adecuada para aquellas empresas que quieran obtener agilidad, eficiencia y beneficios.
Pero para sacar provecho de esta tecnología es necesario afrontar una serie de desafíos y retos que nos resume Anil Kuriakose.
1. Falta de visibilidad unificada y trazabilidad
En los centros de datos tradicionales las aplicaciones están instaladas en servidores dedicados con un hardware reservado para dedicar recursos específicos. Con un SDDC, esta distribución cambia y las aplicaciones pueden utilizar pools (fondos) de recursos comunes. De esta forma se reduce la trazabilidad y la visibilidad entre las aplicaciones y los diferentes elementos de las infraestructuras. Por lo tanto, la gestión del SDDC se hace más compleja, y se dificulta la tarea de identificar la procedencia de los problemas (que puede ser por la aplicación o por el hardware) cuando estos ocurren.
2. Problemas con el rendimiento de los recursos
Los SDDC permiten que el entorno se escale de manera horizontal para satisfacer la demanda de carga de trabajo específico y de manera vertical para reasignar recursos en función de los requisitos de carga de trabajo existente. Para implementarlo se abstraen todos los recursos de la infraestructura y se crean pools de recursos compartidos para la gestión de las cargas de trabajo.
Estos controles proporcionan una manera ágil para que los operadores de TI puedan optimizar el uso de los recursos o los cuellos de botella de rendimiento reportados por los sistemas de alerta. Sin embargo, debido a la naturaleza compartida de la infraestructura virtualizada y la fluctuación dinámica de cargas de trabajo, las decisiones sobre la manera de orquestar estos controles deben tomarse con mucha cautela para evitar cualquier acción que pueda afectar el rendimiento y la eficiencia de otros servicios de TI.
3. Mala asignación de los recursos
Al implementar un SDDC los administradores deben evaluar continuamente las necesidades de cada recurso, las cargas de trabajo y su asignación. De esta forma se mejora la eficiencia. Se trata de un trabajo muy complicado y la mayoría de las veces las cargas de trabajo se ejecutan con recursos mal asignados. Si se realiza una baja asignación de los recursos de trabajo, tendremos problemas de rendimiento, pero si realizamos una “sobreasignación” podemos bloquear la capacidad del servidor. Por lo tanto es muy importante realizar una asignación concreta y estudiada para mejorar el rendimiento y la utilización de recursos.
4. Capacidad que no se utiliza debido a que existen recursos dispersos
Con un modelo de Infraestructura como servicio (IaaS, por sus siglas en inglés), los SDDC permite a los usuarios entrar al centro de datos desde cualquier lugar. De forma que cada división, departamento o negocio que necesite acceder al servidor o alguna de sus aplicaciones podrá hacerlo y utilizar los recursos que necesite. El problema es que una vez que accede se le asignan una serie cargas de trabajo que, cuando ya no utiliza, los departamentos de TI pueden olvidar quitar esa asignación de forma que nos quedamos con capacidad de rendimiento asignada a recursos que no estamos utilizando.
5. Requisitos que cambian con frecuencia
Un SDDC es dinámico y experimentan cambios constantes. Las cargas de trabajo se mueven entre los servidores y el balanceo de carga automatiza los recursos. En un SDDC las cargas de trabajo serán aprovisionadas y desplegadas por el software de gestión en la nube y se impulsará por las peticiones de comerciales. Todo este dinamismo crea una alta complejidad en la administración y control del SDDC.