Tenemos que decirlo: estos 2 gigantes están atrapados en una batalla de millones de dólares y altas expectativas sobre el futuro.
En lo que va del año, hemos visto cómo Google y Facebook han gastado desenfrenadamente en tecnologías emergentes. ¿Su motivación? Cuando el negocio actual termine, tendrán un gran Plan B.
Y así es como Facebook ha invertido millones en una red para compartir fotos, en un software de reconocimiento facial, una app de mensajería instantánea y más recientemente una compañía de realidad virtual: Oculus.
Por su parte, Google ha invertido en vehículos autónomos, gadgets, robots militares y recientemente en la compra de los laboratorios Nest.
A pesar de sus intentos por diversificarse, ninguna de estas adquisiciones han logrado expandirlos más allá de sus tradicionales modelos de negocios aún, basta ver que el año pasado, tanto Google como Facebook generaron cerca del 90 % de sus ganancias gracias a la publicidad.