Las tabletas, dispositivos exitosos en los entornos de las 7 y las 10 pulgadas, han emprendido también el camino hacia tamaños mayores con el objetivo de conquistar a los profesionales como un dispositivo que les permita tanto consumir como crear contenidos.
En el 2013 se vendieron 195,4 millones de tabletas, según la consultora tecnológica Gartner, una categoría de dispositivo electrónico que empezó a cuajar en 2010 a raíz de la presentación del iPad de Apple y a la que empezaron a sumarse numerosos fabricantes.
Las primeras propuestas rondaban las 10 pulgadas, pero poco tardaron en aparecer tabletas de 7 pulgadas, ambos rangos muy bien acogidos en el mercado y firmes competidores de los ordenadores personales domésticos.
Y el de la dimensión no es el único viaje que han abordado las tabletas: bien acogidos en primer lugar por el mercado de consumo, estos dispositivos quieren empezar a ser útiles en el ámbito profesional.
“La razón por la cual se crece a una tableta superior a 10 pulgadas es buscar una buena experiencia visual para el consumo de contenidos y llevar la tableta a un área de productividad”, ha explicado a Efe el portavoz de Samsung, Daniel Molero.
Su portabilidad, potencia, capacidad multitarea y tamaño mayor que hace más sencillo escribir en ella sin necesidad de teclado físico son algunas de las características destacadas de estas tabletas mayores de 10 pulgadas.
Estos dispositivos se perfilan como sustitutos del portátil que convive a medio camino entre el hogar y la oficina.
Gartner ve una oportunidad de negocio para las propuestas que combinan las funcionalidades de portátiles y tabletas en este 2014.
Distintos fabricantes están probando suerte en este terreno de grandes tabletas, eminentemente dirigidas al entorno empresarial y por lo general equipadas con sistema operativo Windows.
Propuestas variadasPanasonic ha tirado la casa por la ventana con un modelo de 20 pulgadas y ultra alta definición (resolución de 3.840×2.560 píxeles). Con un precio que supera los 4.500 euros, pesa 2,35 kilos, dispone de un lápiz electrónico y está pensado para su uso en sectores como la arquitectura, el diseño o el marketing.
La firma japonesa tiene una tableta algo más reducida, pero también enfocada al mercado empresarial, en concreto al industrial por su robustez: la tableta CF-D1 (2.470 euros), de 13,3 pulgadas y resistente al agua y al polvo.
En un rango inferior de precios (entre los 649 y los 849 euros), Samsung ha comercializado este año dos modelos de 12,2 pulgadas que rondan los 750 gramos: Galaxy NotePro y TabPro, tabletas con formato 16:10 y resolución de 2.560×1.600 píxeles.
Dos propuestas bastante lejanas del panel táctil Samsung SUR40, que puso a la venta en 2012: con 40 pulgadas y 40 kilos no se trataba de una tableta portátil, sino de una mesa interactiva.
Algo distinta es la Asus P-1801-T Portable AiO (399 euros), una tableta Android Full HD de 18,4 pulgadas y 2,4 kilos de peso muy enfocada al consumo multimedia.
Por su parte, la Toshiba WT310 (desde 499 euros) tiene 11,6 pulgadas, es Full HD y pesa 825 gramos. Su particularidad es que Toshiba también la vende como un portátil desmontable, el Portégé Z10t.
Y es que son muchas las marcas que cuentan en su catálogo con ordenadores portátiles que se pueden convertir en tabletas: por ejemplo HP (con el Split x2 y el Spectre 13×2, ambos de 13,3 pulgadas) o Lenovo (con el Yoga Pro 2, de 13,3 pulgadas).