Si, es verdad. Intel ha anunciado el cierre de la importante planta de ensamblado y prueba de microprocesadores que tiene en Costa Rica desde 1997, eliminando 1.500 empleos.
Intel no cerrará todas sus operaciones en el país, manteniendo el Centro de Servicios Globales y el Centro de Desarrollo de Ingeniería que aporta 1.000 empleos y añadiendo 200 nuevos específicamente a estos servicios.
Los motivos del cierre se explican para “maximizar la eficiencia y la efectividad operacional a nivel mundial”. Se espera traslado de la planta de Costa Rica a las fábricas que Intel tiene en China, Malasia y Vietnam.
El cierre ocurre cuando Costa Rica atraviesa serios problemas fiscales y de generación de empleo y se enmarca en un programa de recorte general por el que Intel eliminará el 5 por ciento de su plantilla de 107.000 empleados. Otras plantas como la de Arizona, una de las más avanzadas del mundo y que ha costado 5.000 millones de dólares, permanecerá cerrada, confirmando la delicada “situación del mercado”.
Como vemos, ni siquiera Intel escapa del frenazo al sector PC y la presión que llega de ARM y el mercado de la movilidad. Además de un programa estratégico para ganar mercado con chips propios, todo apunta a que Intel terminará fabricando chips de su rival ARM.
Es digno de estudio como ARM Holdings, una compañía con menos de cien millones de dólares de beneficio trimestral y que ni fabrica ni produce chips ni producto alguno, está poniendo contra las cuerdas a un gigante como Intel, al licenciar sus diseños con arquitectura RISC a multitud de fabricantes.
Francisco Carrasco, CIO America Latina