La computación en la nube fue una industria estimada en 47,4 mil millones de dólares en el 2013 y se espera que crezca a más del doble, a 107 mil millones de dólares, para el 2017, predice la firma de investigación IDC.
La tasa de crecimiento anual compuesta de 23,5% de la nube es cinco veces más rápida que la del mercado tecnológico, indicó Rick Villars, vicepresidente de centros de datos y nube de IDC, durante la conferencia IDC Directions el miércoles en Boston.
La adopción de la nube ha sido liderada por tres grandes factores: la escala, la complejidad y la velocidad, indicó Villars. La nube ofrece una escala que los negocios regulares no tienen, lo cual les permite entregar servicios más complejos, más rápido.
La explosión de los dispositivos móviles fue una de las primeras megatendencias que incrementó significativamente la necesidad de los servicios de computación en la nube.
“Por cada dispositivos móvil que se lanza, tiene que haber un gran centro de datos detrás que lo habilite”, sostuvo. Esto condujo a una ola de construcción de “mega centros de datos” como los de Google, Verizon y otros.
La siguiente ola de la revolución móvil se está acercando sigilosamente hacia nosotros, sostuvo Villars y lo podemos ver en la tecnología wearable, los dispositivos conectados y la Internet de las Cosas. Los dispositivos wearable -que forman parte de nuestra ropa- van a incrementar la necesidad de más centros de datos que sirvan el contenido que se entrega a estos dispositivos. “El futuro de la nube tiene que ver con la Internet de las Cosas”, sostuvo Villars. “[La Nube] es el fundamento sobre el cual la Internet de las Cosas se entregará. Se tiene que tener el centro de datos y la nube antes de poder entregar los servicios”.
A medida que proliferen los dispositivos conectados, también habrá necesidad de tener estos centros de datos más cerca de estos dispositivos finales. Esto, predicen Villars e IDC, dará paso a una nueva estirpe de “micro centros de datos”. Éstos serán centros de datos muy modulares, construidos con componentes ensamblables -como un Lego-, y darán a sus propietarios la capacidad de agregar capacidad rápidamente en la medida que se necesite.
Pero ¿qué significa todo esto para los usuarios finales y los CIO de las empresas? Villars afirmó que los usuarios finales tendrán la oportunidad de beneficiarse de la continua madurez de la industria de la nube. El ejecutivo recomienda que los usuarios tomen un enfoque de “gestión de los activos” para la evaluación de los servicios de nube. Las empresas tendrán lo que denomina activos TI líquidos o fijos. Los fijos son los datos regulares, o las aplicaciones legacy de misión crítica que probablemente nunca serán tercerizadas a un ambiente de nube. Los activos líquidos son aquellos que pueden ser tercerizados a un proveedor de nube para aprovechar la escala y la infraestructura del proveedor de servicios. “Para los CIO, es momento de evaluar qué partes del sistema son fijas y qué partes puede uno tener en demanda”, afirmó. Mientras menos recursos TI tenga que correr el negocio por sí mismo, más eficiente será y más grande será la industria de la computación en la nube.
Brandon Butler, Network World (EE.UU.)