lejos que ha llegado la tecnología siempre nos asombra en algún momento: si estamos en una videoconferencia con un familiar a miles de kilómetros o enviando un “tweet” desde la mitad de la carretera. Todas estas cosas que hacemos cada día son posibles gracias al microprocesador, lanzado originalmente en 1971 por Intel y que este mes suma un año más a su historia.
Estos chips (cuyo primer modelo comercial fue el 4004 que hoy celebramos) están dentro de todo lo que usamos día a día: Ultrabooks, tablets, notebooks, celulares y hasta cajeros automáticos. Cada día más pequeños, la tecnología nos está permitiendo agregar inteligencia con ellos a casi cualquier objeto, siendo posible conectarnos, por ejemplo, con la planta del living a través de Internet para revisar si necesita agua o, simplemente, ver qué falta en el refrigerador desde otro país con sólo un par de toques en la pantalla.
Y no se trata de ciencia ficción, sino que de tecnologías que ya existen y pueden hacer nuestra vida aún más cómoda. Y tal como dice el futurista de Intel Brian David Johnson, “No podemos olvidar dejarnos sorprender por la innovación. Y no podemos olvidarnos de estar abiertos a que esa idea que parece algo tonta pueda ser brillante y cambie el mundo”.
Por Esteban Galuzzi, Gerente General de Intel Cono Sur