Podríamos decir que el inventor fue Obama. En la campaña que terminó con el desembarco del actual presidente de los Estados Unidos en la Casa Blanca, la influencia de los medios sociales fue tan importante que muchos le adjudican un rol clave en la victoria. Corría el año 2008, redes como Facebook, Twitter y LinkedIn presentaban un profundo crecimiento, aunque aún no habían alcanzado su omnipresencia actual.
El hoy alicaído MySpace era todavía un pilar importante de la sociabilidad online. Y entonces apareció Barack Obama para cambiar, de una vez y para siempre, la forma en que los referentes políticos se relacionan con los ciudadanos a través de las redes sociales.
La estrategia del grupo de campaña de Obama en 2008 fue simple pero efectiva: cada acto llevado a cabo por el candidato fue difundido, además de mediante los medios tradicionales, a través del perfil en Facebook del actual presidente norteamericano. Su cuenta de Twitter también era utilizada en función de la campaña, fundamentalmente para difundir los discursos de Obama, que eran subidos casi de manera inmediata a YouTube. Los resultados fueron impactantes: los videos del candidato fueron visualizados más de 90 millones de veces y, al finalizar la elección, la página de Facebook de Obama tenía 2.3 millones de fans. A través del website My.BarackObama.com se lograron más de 1.5 millones de usuarios registrados, que recibían diariamente emails y mensajes de texto con novedades de la campaña presidencial. De esta forma, se tendió un canal de comunicación constante entre el candidato y los electores, donde se dio la posibilidad a los ciudadanos de tener un seguimiento en tiempo real de cada suceso relativo al acto eleccionario.
Después de la experiencia de Obama, hay una verdad que es incontrastable: las redes sociales se convirtieron en un pilar fundamental para la gestión política. La pregunta ineludible es ¿cuáles son las perspectivas a futuro? ¿Qué impacto tendrán las redes sociales en próximas contiendas políticas, como las elecciones presidenciales que se desarrollarán en Argentina en octubre de este año? La actual presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner posee actualmente una cuenta en Twitter en la que tiene más de 300 mil seguidores, y que es utilizada activamente para difundir novedades y actos de gobierno. En febrero de este año, cuando cumplió 58 años, la mandataria recibió miles de saludos a través de la red social, lo que la posicionó entre los trending topics de Twitter. Sus contrincantes no se quedan atrás: el actual jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y posible candidato en las elecciones de octubre, Mauricio Macri, tiene más de 150 mil adeptos en su perfil de Twitter, que es actualizado con novedades varias veces al día. En pleno recalentamiento de la puja electoral, los candidatos aún no parecen desarrollar una estrategia clara de cara a los próximos comicios, pero es de esperar que en los próximos meses los medios sociales se conviertan en un recurso fundamental para sumar adeptos.
Sin embargo, suponer que las aplicaciones de sociabilidad online son un recurso sólo válido en tiempos de campaña es, como mínimo, algo mezquino. Una vez más, el caso de Barack Obama, que sigue alimentando de manera constante su perfil de Facebook (al día de hoy tiene más de 18 millones de seguidores y un promedio de dos posteos diarios), es un ejemplo claro en este sentido. La reciente tragedia de Japón también dejó enseñanzas respecto a cómo las redes sociales pueden ser una herramienta eficaz para comunicarse con la ciudadanía en momentos clave. El pasado 16 de marzo, la oficina del Primer Ministro japonés lanzó una cuenta de Twitter inglés que consiguió más de 23 mil adeptos en apenas 10 días. Poco después fue creado un perfil similar en Facebook, que reunió hasta el momento casi 7500 seguidores.
La inmediatez, el contacto constante, la posibilidad de llegar a miles de ciudadanos con una comunicación fluida y transparente, es un desafío planteado por los medios sociales que la política no puede eludir. Hasta el momento, parece estar enfrentándolo de manera eficaz, aprovechando las posibilidades que brindan las nuevas plataformas para generar relaciones de mayor cercanía. Sin lugar a dudas, quiénes sepan explotar con mayor creatividad estos recursos, podrán mejorar su imagen de cara a la ciudadanía.