La referencia del título es una cita textual del maestro Jorge Luis Borges, en referencia a lo que muchos han dado por llamar la estirpe charrúa propia de la República Oriental del Uruguay y su gente.
La pasada semana tuve el placer de visitar Uruguay, la cita convocante fue el evento anual de Genexus en donde han presentado las nuevas versiones de Genexus Evolution 1 y Genexus Server.
Parece un mundo irreal, en donde los recursos son escasos, en donde el I+D no es una de las características locales mas destacadas, crearon una herramienta de clase mundial y han demostrado muchísimo talento para entender el negocio y actuar en consecuencia.
Una comunidad World Wide de más de 65.000 desarrolladores y clientes en 34 países son prueba de ello.
Pero intentando profundizar en las razones del milagro, pude observar que la CUTI (La Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información) es sin duda un verdadero catalizador y una usina de ideas con sentido común que benefician tanto a la industria como a la sociedad uruguaya en su conjunto.
Quizás el mayor acierto del Gobierno y de la prédica constante de CUTI sea el Plan CEIBAL (Conectividad Educativa de Informática Básica para el Aprendizaje en Línea) que constituye una innovación con dos vértices; el primero de ellos apunta a generar una política educativa de inclusión de TIC de carácter universal en el terreno de la Educación Primaria Pública; y el segundo vértice, es la modalidad uno a uno, léase que en cada aula de 1º a 6º grado de todas las escuelas públicas de Uruguay habrá una computadora por cada niño y por cada docente.
Cada alumno y cada docente han formado un ejército blanco de cazadores del patrimonio cultural del país, para salvaguardar su identidad y su futuro como nación.
Han cambiado el paradigma de la educación inicial, han provocado un cambio cualitativo sustantivo y han logrado enriquecer la experiencia educativa de forma visible e impactante para el futuro de sus ciudadanos, han tomado las enseñanzas que dejó Sarmiento en la otra orilla del Plata, para aplicarlas a su gente, con la humildad y franqueza que los caracteriza.
Tuve la oportunidad de ver a estos niños por la calle abrazados a sus computadoras portátiles, como si percibieran que en ese abrazo se aferraban a un futuro mejor.
No desarrollan planes para promocionar la mayor inscripción en carreras de sistemas, pese a no tener los profesionales suficientes, pero tienen claro y entienden que es necesarios trabajar en la currícula para aumentar la carga horaria en ciencias duras, el problema no está en las inscripciones, como si lo está en la terminalidad terciaria.
Han entendido que su supervivencia como Nación, está atada al valor agregado que pueden proveer y desde hace largo rato, han dejado de lado las ideas guajiras de vivir de commodity’s.
También es digno de destacar la profunda concientización que genera la CUTI en el empresariado local, tanto para crear el hábito de la educación y profesionalización continua, como generando una aptitud peregrina constante que busca y abre nuevos mercado alrededor del globo.
Por último para dar marco a la honda vocación social empresaria de la gente de la CUTI, el propio presidente Álvaro Lamé ha tomado el tema de Teletrabajo sobre sus hombros para lograr la mayor permeabilidad de trabajo tecnológico en todo el territorio uruguayo, y de esa forma lograr el ansiado equilibrio que toda actividad requiere.