El para qué debe servir hoy su app corporativa es esencial para superar el reto de la omnicanalidad satisfactoriamente.
CIO AMÉRICA LATINA | Por Elibeth Eduardo | @ely_e
No hay dilema: no es una decisión entre una aplicación de móvil o web / escritorio.
La evolución constante de la Atención al Cliente (ATC) hacen de las aplicaciones una herramienta fundamental que puede y debe ser la taquilla primordial para mantener una experiencia del cliente que contribuya a los objetivos de nuestra organización.
Y es que el concepto de omnicanalidad también abarca a su app: sÃ, tiene sentido pensar y diseñar, en principio, móvil. Pero el “solo móvil” no es suficiente, a menos que su público sea muy joven.
Porque en lo que hablamos de gente que trabaja, la posibilidad de que esa app se mueva al escritorio o la web de nuestra computadora (o ambas) constituye una ventaja digna de recomendación.
Asà que los desarrolladores deben ver esta complicación potencial de que los teléfonos inteligentes puedan utilizarse para ejecutar aplicaciones corporativas a las que se accede como aplicaciones de escritorio.
¿Acoplamiento fallido?
Una “complicación” adicional es la que genera el fenómeno llamado “acoplamiento” que podrÃa ser determinante para el futuro de los CPUs.
¿De qué hablemos? De la introducción de tecnologÃa como el Continuum de Microsoft y DeX de Samsung que permiten a los usuarios conectar sus teléfonos inteligentes a pantallas de computadora de tamaño completo y utilizar teclados y ratones para impulsar sus aplicaciones.
La buena noticia – por lo menos para los desarrolladores – es que Continuum no ha conseguido mucha tracción y, aunque es temprano para DeX, para el director de investigación de diseño y desarrollo de aplicaciones de Gartner, Marty Resnick, es poco probable que tenga éxito.
“No creo que Continuum o DeX se despeguen de manera significativa. El acoplamiento no parece funcionar para las personas porque no quieren conectar su teléfono a una estación para ello”, dice.
¿Por qué la resistencia al acoplamiento?
“Creo que la mayorÃa de la gente piensa en su smartphone como un accesorio, no como un PC. Eso significa que mientras trabajan (en una PC o tableta) en una aplicación corporativa quieren poder enviar mensajes de texto o desproteger Facebook en su teléfono, no quieren usarlo para trabajar”, dice Resnick.
La bala esquivada de los PCs
AsÃ, que, contra todo pronóstico y pese al (innegable) auge de los smartphones, el escritorio de PC no está muerto aún.
Android y Windows todavÃa van cuello a cuello cuando se trata de la cuota de mercado de uso de Internet.
Pero dada la tasa de crecimiento de Android e iOS combinados, la plétora de dispositivos móviles de teléfonos inteligentes a tabletas, e incluso tecnologÃas como Continuum y DeX, es inevitable que las aplicaciones empresariales y sus interfaces van a tener que cambiar.
Si eso los hace tan intuitivos para usar como la mayorÃa de las aplicaciones móviles, tanto mejor.