Un estudio basado en una encuesta entre más de 10 mil usuarios en España y Latinoamérica, da cuenta del engagement de las mujeres con los juegos sociales.
El estudio fue realizado por la desarrolladora de juegos Playspace, en colaboración con SuperData Research, la empresa estadounidense de market intelligence de videojuegos, para analizar el sector de los Social Games en Iberoamérica.
Del estudio se desprende que un 70 % de los jugadores online son mujeres frente a solo un 30 % de hombres. El perfil medio de un jugador es de 34 años de edad, con un hijo, estudios superiores y un salario anual neto de aproximadamente $19 mil dólares.
El dispositivo favorito de los jugadores es la laptop en casi un 40 % de los casos, seguido de la computadora de escritorio (35 %). Sorprendentemente, a pesar de que el móvil está ganando terreno, sólo un 9 % de los jugadores juega a través de su smartphone -Android (83 %), IOS (9 %) y otros (8 %)- y un 6 % a través de tablets. El 8 % restante lo hace a través de la consola.
LOS JUEGOS BÁLSAMO
Desde la popularidad de Tetris y la víbora de Nokia, diversos psicólogos equiparan el fenómeno adictivo de estos juegos, con el efecto Zeigarnik, nombrado así por el psicólogo ruso Bluma Zeigarnik, que hace años realizó un experimento con una serie de meseros capaces de recordar mejor aquellos menús que todavía no habían servido que los que acababan de servir.
El profesor de psicología y ciencias cognitivas de la Universidad de Sheffield, Tom Stafford, y Enrique Lorenzo, psicólogo que se ha dedicado al estudio de estas relaciones adictivas con los videojuegos, explican más dicho efecto que tiene que ver con el que las tareas inconclusas generan ansiedad en las personas.
La tensión así generada es la que provoca que se necesite completar una determinada tarea, y que se busque la manera de terminarla. Tanto Stafford (citado por la BBC), como Lorenzo, coinciden en que se produce una ansiedad inconsciente que lleva al usuario a volver a jugar apenas tiene un rato libre.