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Las 7 llaves que controlan Internet.
Con 7 llaves físicas es posible acceder a la clave maestra con la que se puede tomar por completo el control de Internet.
Desde 2010, la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (Icann, por su sigla en inglés) decidió desarrollar un sofisticado proceso con un grupo de 14 expertos internacionales para garantizar que los datos más importantes y sensibles están protegidos.
Lo que hacen estos expertos en seguridad informática, con la llave que tiene cada uno, es acceder a una caja que contiene tarjetas inteligentes que activan un sistema que produce a su vez una clave maestra.
Uno de estos expertos, el único latinoamericano del grupo, es el uruguayo Carlos Martínez Cagnazzo, que habló con el diario El País en exclusiva sobre su labor.
“No la saco salvo para ir a Los Angeles y cuando eso ocurre la llevo en mi equipaje de mano”, cuenta.
Siete integrantes de la comunidad llegan cada 3 meses a la sede en esa ciudad, custodiada con máximas medidas de seguridad. Acceder a la sala donde se actualiza la “contraseña maestra” requiere de varios pasos: una puerta que le pide a cada integrante un PIN, otra que presenta un escáner que lee las huellas dactilares y otra que pide que se pase una tarjeta inteligente.
Una vez en la sala se someten a reconocimiento del iris, identificación por voz y otros exigencias de seguridad que no fueron reveladas por ser información clasificada.
“En el espacio donde están las cajas fuertes solo puede acceder personal de máxima confianza y representantes de la comunidad”, narra Martínez.
Luego de acreditarse y asegurarse que existe quórum para reconstruir la clave maestra (se requieren al menos 3 personas) empieza el procedimiento de actualización: las llaves abren las cajas, en donde hay bolsas lacradas. Dentro de ellas están las tarjetas inteligentes. Antes de utilizarlas, a través de un proceso informático, se confirma que no han sido usadas desde la última vez que se guardaron. Con ellas, se activa un aparato llamado HSM, que actualiza la clave suprema.
¿Qué pasaría si alguien rompe el código y se llega a conocer la clave maestra? Entre otras consecuencias, los robos de información podrían llegar a escalas mundiales.