Apple y Samsung se han sometido a los tribunales para limar sus diferencias en el uso de patentes.
Un juzgado ha observado la fría letra de la ley y le dio la razón Apple, siendo Samsung quien deba abonar más de mil millones de dólares en compensación por copiar una tendencia.
Me pregunto si ese mismo tribunal condenaría a Estados Unidos por copiar las trazas de las calles de Europa, o si condenaría a Toyota por usar 4 ruedas en su auto como lo hace Ford.
Si hoy sometiéramos este mismo diferendo a consideración del público a través de las redes sociales, dudo mucho que el resultado sea igual al que se produjo en una corte americana.
La innovación es para beneficio de los usuarios y si bien los inventos deben ser respetados, no pueden ser las patentes un embudo para el desarrollo de la industria.
La ley dice que Samsung ha copiado a Apple, pero el mercado sostiene que Samsung Galaxy 3S es el mejor Smartphone del mercado en este momento, y en ese sentido la gente de Apple, no puede tapar el sol con la mano.
Usar un ángulo redondeado por ejemplo, no es una copia descarada, yo asumo que es seguir una tendencia que generamos los usuarios.
Supuestamente con las mismas ideas que Apple, Samsung produjo un producto mejor, el Samsung Galaxy 3S en menos tiempo si aceptamos que uso ideas de Apple y aún hay dudas si no es superior al Iphone 5 que Apple no ha lanzado.
No quiero que se malinterprete mi pensamiento, no menosprecio el poder innovador que Apple ha aportado a la economía del conocimiento, considero que ha sido quien que puso en marcha el motor de innovación de los smartphones, pero esto no implica que sea Apple quien use el sistema de patentes para detener la rueda.
Los usuarios no aceptamos esto.
Me considero un observador aséptico, ya que mi smartphone, ni es Samsung, ni es Apple, por lo cual no juega el ego en mi pensamiento.
Somos los consumidores los que vamos a determinar con nuestra opinión como termina este diferendo, en este caso si yo fuera usuario de Samsung Galaxy 3S no me sentiría en absoluto defraudado y seguiría convencido de que tengo el mejor teléfono del mercado.
Respeto profundamente las leyes, en especial aquella que me da la libertad de opinar y en este caso creo que la ley distorsiona la lente de la realidad.