El estrés laboral o burnout esta lejos de ser un fenómeno reciente o de tener fronteras globales libres de este mal.
Estudios recientes muestran que una consecuencia inesperada de la Inteligencia Artificial es el incremento de las tensiones de los colaboradores.
Son muchas las voces, organismos e instituciones que advierten sobre el impacto del uso de la Inteligencia Artificial (IA) en los procesos laborales de las organizaciones.
En general, se intenta anticipar la posibilidad de pérdida de empleos, la desaparición de profesiones y el cambio en los roles de los calaboradores.
No obstante, también se ha resaltado que el trabajo se hará más satisfactorio para las personas, gracias a que la IA se hará cargo de las tareas rutinarias y repetitivas.
El Grupo Santalá, sin embargo, ha identificado a esta tecnología como una nueva fuente de burnout.
Recordemos que el burnout es un síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no se ha gestionado correctamente.
“Además de las extensas jornadas, la presión para alcanzar metas, la nula tolerancia al error humano por la influencia de la inteligencia artificial juega un papel crucial para el estrés laboral o burnout”, señaló la CEO de Grupo Santalá, Claudia Lalloz.
La especialista destaca que estos efectos se verifican, especialmente, en sectores como las finanzas, la tecnología y los servicios.
Para enfrentar el burnout
Lalloz recordó que el estrés crónico está relacionado con enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño e, incluso, con una mayor incidencia de diabetes.
Este deterioro de la salud tiene también un costo económico: en América Latina, se estima que el burnout genera pérdidas de hasta US$10.000 millones anuales debido a la baja productividad, el ausentismo y el aumento de licencias médicas.
Así lo señala un informe de Deloitte sobre bienestar laboral en la región.
“El bienestar debe ser visto como una inversión y no como un gasto. Incorporar programas de apoyo psicológico, sesiones de coaching empresarial, fomentar el teletrabajo y flexibilizar los horarios puede ayudar a reducir el burnout”, explicó Claudia Lalloz, quien también es coach corporativa.
Para la especialista del Grupo Santalá, la falta de políticas de desconexión digital empeora la situación.
Esto se debe a que muchos empleados sienten la obligación de estar disponibles fuera de sus horarios de trabajo.
Frente a los retos que el burnout supone para el liderazgo, el Grupo Santalá presentan algunas recomendaciones clave:
Fomentar una cultura de bienestar laboral
Las empresas pueden implementar programas de bienestar que incluyan apoyo psicológico y espacios de diálogo abiertos para que los empleados compartan sus inquietudes sin temor a represalias.
Adoptar políticas de desconexión digital
Lalloz y el Grupo Santalá recomienda seguir el ejemplo de países que han legislado el derecho a la desconexión en las organizaciones en América Latina.
De esta manera, las empresas podrían establecer políticas claras que limiten el contacto laboral fuera del horario de trabajo.
Fomentar el trabajo híbrido y la flexibilidad horaria
La posibilidad de trabajar algunos días desde casa o ajustar el horario de acuerdo a las necesidades individuales ayuda a los empleados a equilibrar mejor sus responsabilidades personales y laborales.
Capacitar a los líderes y jefes de equipo
La capacitación en liderazgo empático es crucial para detectar signos tempranos de burnout en los equipos.
Los jefes de equipo deben aprender a identificar los síntomas y brindar apoyo emocional cuando sea necesario, promoviendo un entorno donde el bienestar sea una prioridad.
Proporcionar recursos de salud mental accesibles
Muchas empresas están incorporando servicios de salud mental, como sesiones con terapeutas o acceso a aplicaciones de bienestar.
Estos recursos no solo brindan apoyo inmediato, sino que también demuestran un compromiso a largo plazo con la salud de sus empleados.
Educar a los empleados sobre el autocuidado
Además de las políticas empresariales, es importante que los empleados adopten prácticas de autocuidado, como el descanso adecuado, la actividad física regular y la desconexión de los dispositivos digitales en su tiempo libre.
Un enfoque integral puede ayudar a los trabajadores a gestionar mejor el estrés e identificar cuando necesitan apoyo adicional.