Economías emergentes lideran adopción de IA, pero enfrentan desafíos de bienestar digital y brechas generacionales.
La geografía de la adopción tecnológica está cambiando. Una investigación conjunta de la OCDE y Cisco con 14,611 participantes en 14 países revela que India, Brasil, México y Sudáfrica lideran el uso global de inteligencia artificial generativa, invirtiendo la tendencia histórica donde las economías emergentes adoptaban tecnología más lentamente.
Los datos recopilados a principios de 2025 muestran que estas naciones registran las tasas más altas de uso de IA, los mayores niveles de confianza en la tecnología y la participación más activa en formación especializada. Un contraste marcado con Europa, donde persiste menor confianza y mayor incertidumbre sobre el valor de la IA.
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Sin embargo, este liderazgo tiene precio. Las mismas poblaciones que abrazan la IA reportan el mayor tiempo de uso recreativo de pantallas, la mayor dependencia de socialización exclusivamente digital y los altibajos emocionales más pronunciados relacionados con el uso tecnológico.
La investigación establece un umbral crítico: más de cinco horas diarias de tiempo de pantalla recreativo se asocian con disminución del bienestar y menor satisfacción con la vida. Aunque correlación no implica causalidad, el patrón exige atención.
La división generacional: entre entusiasmo y desconexión
Las brechas generacionales amplifican las diferencias geográficas. Más del 50% de los menores de 35 años utilizan activamente IA generativa, comparado con menos de la mitad de los mayores de 45 años que no la usan en absoluto.
En México, el 84% de los jóvenes considera útil la IA; en Brasil, el 86%. Entre los 26 y 35 años, el 63% en ambos países ha completado alguna formación en IA. Los adultos jóvenes afirman que la mayor parte o totalidad de sus interacciones sociales ocurren en línea y expresan mayor confianza en la utilidad de la tecnología.
El contraste con adultos mayores de 55 años es revelador: muchos afirman “no saber” si confían en la IA, señalando que la incertidumbre proviene de falta de familiaridad más que de rechazo activo. Esta brecha de conocimiento se refleja en expectativas sobre el impacto laboral de la IA, donde los menores de 35 años y habitantes de economías emergentes anticipan mayor transformación.
“Las divisiones generacionales en la adopción de tecnología digital y la IA no son inevitables, son retos que podemos abordar mediante acciones específicas”, afirma Guy Diedrich, Vicepresidente Senior y Director de Innovación Global de Cisco. “Las generaciones más jóvenes pueden aceptar fácilmente nuevas tecnologías, pero personas de todas las edades aportan experiencia y conocimientos únicos e inestimables”.
Del entusiasmo a la estrategia: cerrar brechas con formación
Cisco ha capacitado a 26,000 colaboradores en IA y cofundó el AI Workforce Consortium, grupo de diez empresas que trabajan para preparar la fuerza laboral en aprovechamiento de IA en puestos relacionados con TIC en todos los sectores.
“Una medida clave del éxito de la IA no debe ser la velocidad de adopción, sino si personas de todas las edades, niveles de habilidad y geografías pueden utilizar la IA para mejorar realmente sus vidas”, explica Diedrich. “Así podemos garantizar que la Generación IA incluya a todo el mundo”.
El Centro de Bienestar Digital, lanzado en 2024 por Cisco y la OCDE, utiliza el Marco de Bienestar de la OCDE para examinar la naturaleza compleja de la transformación digital. Su plataforma interactiva recopila estadísticas y opiniones sobre bienestar digital, incluido el impacto de la brecha digital y las desigualdades en adopción y uso de tecnologías.
La investigación cubrió 14 países: Australia, Brasil, Canadá, Francia, Alemania, India, Italia, Japón, Corea, México, Países Bajos, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos. Cada país está representado por poco más de 1,000 encuestados, excepto India con 1,500, reflejando contextos socioeconómicos y culturales diversos.
El imperativo del equilibrio
“Empoderar economías emergentes con habilidades en IA no es solo cuestión de tecnología, sino de liberar el potencial de cada individuo para forjar su futuro”, señala Diedrich. “Con la rápida integración de la IA en vida cotidiana y lugares de trabajo, debemos asegurarnos de que estas herramientas se diseñen de forma responsable, con transparencia, equidad y privacidad como principios fundamentales”.
Los hallazgos constituyen un llamamiento para ciudadanos, empresas y gobiernos: reducir la brecha de habilidades digitales, fomentar alfabetización digital en todas las edades y priorizar bienestar junto con innovación.
El mayor potencial de la IA se aprovecha cuando mejora el bienestar, agilizando tareas, mejorando colaboración y creando oportunidades de crecimiento y aprendizaje. La convergencia de tecnología, personas y objetivos crea condiciones para comunidades resilientes, saludables y prósperas.
El liderazgo de las economías emergentes en adopción de IA marca un punto de inflexión. El desafío ahora es garantizar que el futuro digital que construimos sea verdaderamente para todos, sin sacrificar bienestar en el altar de la velocidad tecnológica.







