La modernización impulsada por IA redefine la productividad corporativa: reduce hasta 80% los costos administrativos, acelera la toma de decisiones y marca la ruta hacia una operación más rentable y competitiva.
Durante años, la ineficiencia operativa ha sido uno de los gastos más elevados —y menos discutidos— dentro de las organizaciones. Hoy, hasta el 25% del presupuesto anual se esfuma en tareas repetitivas, validaciones manuales y errores administrativos. No se trata solo de pérdida financiera: es un freno directo a la capacidad de respuesta en mercados cada vez más dinámicos.
La evidencia es clara. Nasdaq y Boston Consulting Group estiman que la automatización de procesos puede generar hasta 50 mil millones de dólares en eficiencias solo en el sector financiero, al eliminar redundancias y modernizar flujos críticos. Si esta cifra es posible en una sola industria, ¿qué significa para el resto?
En paralelo, Amazon Web Services (AWS) identifica la modernización por IA como uno de los tres motores clave de crecimiento y mitigación de riesgos en pequeñas y medianas empresas. La eficiencia dejó de ser un tema interno: es ya un factor de competitividad en sentido amplio.
Marcelo Gutiérrez, Co-Founder y CEO de LlamitAI, lo resume con claridad: “La eficiencia ya no depende de contratar más personal o añadir procesos, sino de cómo la inteligencia artificial redefine la forma en que operan las compañías. El cambio es tecnológico, pero también estratégico”.
La era de las decisiones basadas en datos
La transformación no se limita al sector financiero. Energía, logística, farma y manufactura viven un punto de inflexión. A medida que el volumen de información crece de manera exponencial, la capacidad para analizar, estructurar y convertir esos datos en decisiones oportunas sigue atrapada en procedimientos obsoletos.
Aquí entra en escena la tendencia global AI-powered modernization, que se consolida como el nuevo estándar operativo. Como señala Gutiérrez: “No se trata solo de reducir costos, sino de elevar la calidad de la toma de decisiones, fortalecer la trazabilidad y acelerar la ejecución con precisión.”
LlamitAI, fundada en 2024 por Marcelo Gutiérrez y Víctor Aguilar, con el acompañamiento de Rodrigo Aliaga como mentor, representa este salto. Su plataforma permite analizar y clasificar grandes volúmenes de información en minutos, reduciendo hasta 80% los tiempos y costos de tareas administrativas que tradicionalmente consumían horas de trabajo.
La startup ya trabaja con cerca del 30% de las instituciones financieras bolivianas, acumulando reconocimientos locales e internacionales. Su propuesta es directa: sustituir procesos lentos y propensos a error por flujos de trabajo inteligentes, trazables y alineados con objetivos estratégicos.
Para Gutiérrez, la ecuación es simple: “La eficiencia se mide en productividad y credibilidad. Las empresas que integran IA no solo ganan velocidad, también consolidan su posición frente a sus stakeholders”.
IA como motor de crecimiento empresarial
El impulso internacional acompaña esta visión. LlamitAI fue seleccionada por Tech4Trust, uno de los aceleradores tecnológicos más influyentes de Suiza. Además, quedó finalista en el reto AI for Corporates durante México Tech Week, un logro que refuerza su posicionamiento dentro del ecosistema latinoamericano.
Este contexto muestra un cambio de narrativa: la automatización inteligente dejó de ser un proyecto de innovación para convertirse en una condición competitiva. Las organizaciones que retrasen esta transición pagarán no solo con mayores costos, sino con menor relevancia estratégica.
La pregunta ya no es si adoptar IA, sino qué procesos modernizar primero y con qué impacto medible.







