La actualización de habilidades emerge como solución para cerrar la brecha de género en carreras tecnológicas, donde las mujeres ocupan apenas 12.9% de empleos STEM en México.
Las cifras dibujan un panorama desafiante: las mujeres representan solo el 35% de los graduados en disciplinas STEM a nivel global y únicamente el 28% de la fuerza laboral del sector, según UNESCO. En México, la situación se agudiza con apenas 12.9% de empleos STEM ocupados por mujeres, de acuerdo con datos de SECIHTI, mientras que el 17% trabaja específicamente en tecnologías de la información y comunicación.
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La contradicción resulta evidente cuando las Naciones Unidas proyectan que para 2050 el 75% de los empleos estarán vinculados a estas disciplinas. El déficit de talento femenino no solo representa un problema de equidad, sino una pérdida económica tangible.
El reskilling como motor de cambio
Ana Ríos, Ingeniera Supervisora de Proyectos en Vertiv Latinoamérica, identifica el reskilling como palanca fundamental para transformar esta realidad. “Con la Cuarta Revolución Industrial y el auge de la inteligencia artificial, la actualización de habilidades permite a las mujeres adaptarse a las nuevas demandas del mercado”, explica.
El argumento no es solo social. McKinsey demostró que empresas con más del 30% de representación femenina superan sistemáticamente a sus competidores, mientras que equipos de I+D con diversidad de género generan más innovaciones comerciales.
Infraestructura crítica y oportunidad laboral
El crecimiento acelerado de centros de datos, impulsado por IA y tecnologías emergentes, genera demanda de profesionales especializados. “Esta expansión abre una oportunidad valiosa para que más mujeres se integren a la fuerza laboral necesaria”, señala Ríos.
La estrategia requiere alianzas entre sector público, privado y organizaciones filantrópicas. El Foro Económico Mundial documenta que estas colaboraciones resultan efectivas para escalar la participación femenina en STEM, promoviendo simultáneamente innovación y crecimiento económico.
Iniciativas en terreno
Diversas organizaciones implementan programas educativos que conectan estudiantes con escenarios reales de tecnología e infraestructura digital. Los módulos sobre ingeniería, enfriamiento y energía en centros de datos, junto con recursos educativos gratuitos, buscan inspirar vocaciones tecnológicas desde etapas tempranas.
En Latinoamérica, talleres intensivos dirigidos a jóvenes de 18 a 28 años, especialmente de comunidades vulnerables, fortalecen competencias laborales esenciales para el desarrollo tecnológico regional.
La conclusión es directa: reducir la brecha de género mediante reskilling y liderazgo femenino no constituye filantropía corporativa, sino inversión estratégica. Construir una fuerza laboral diversa y preparada para los desafíos digitales determina la competitividad tecnológica de la región en las próximas décadas.
Los números hablan: 75% de empleos futuros en STEM contra 12.9% de participación femenina actual en México. Entre ambas cifras se encuentra la oportunidad —y la urgencia— de actuar.







