Enviar un email es gratis e instantáneo. Enviar dinero es lento y caro. Esta es la frustrante realidad de un sistema financiero que no ha evolucionado a la velocidad de internet, y en México, las consecuencias son alarmantes.
Por Andrés Fontao, CEO de Finnosummit y cofundador de Finnovista.
Nuestro reciente estudio con Interledger Foundation, «El internet de las oportunidades: Desbloqueando la interoperabilidad financiera en América Latina», revela un ecosistema de pagos fracturado. Esta desconexión nos cuesta caro: un 92% de los adultos sigue dependiendo del efectivo , las remesas pierden en promedio un 5% de su valor en el camino y las altas comisiones dejan fuera de la economía digital a la mayoría de las microempresas.
La solución no es una nueva app, sino un lenguaje común: la interoperabilidad. Países como Brasil con Pix y la India con UPI ya han demostrado su poder transformador, logrando una adopción masiva y reduciendo drásticamente su dependencia del efectivo al crear sistemas de pago abiertos y de bajo costo.
Aquí viene la paradoja: México está técnicamente listo para seguir sus pasos. El estudio confirma que las instituciones tienen la tecnología y el talento; casi la mitad podría integrar protocolos abiertos en menos de seis meses. Sin embargo, el ecosistema está paralizado. ¿El motivo? Una parálisis por análisis. Todos esperan que otro dé el primer paso. El 63% de los encuestados afirma que la principal barrera es la falta de “casos de uso claros y convincentes”.
En México estamos a las puertas de esa misma oportunidad que ya están aprovechando otros países. Tiene el talento, la infraestructura y la creatividad; lo que falta es activar la colaboración. Por eso, desde Finnosummit y la Fundación Interledger creemos que es hora de romper este ciclo. Por eso, este 8 y 9 de noviembre traemos el hackathon de Interledger a la Ciudad de México.
Este no es solo un evento; es la respuesta directa a lo que el ecosistema necesita: un laboratorio de acción en 24 horas. Es una invitación abierta a desarrolladores, bancos, Fintechs, diseñadores, emprendedores y a innovadores e innovadoras para dejar de debatir y empezar a construir las soluciones tangibles que demuestren el valor de un sistema financiero verdaderamente conectado. A través del Protocolo Interledger —una tecnología abierta que permite que el dinero se mueva tan fácilmente como un correo electrónico— podrán crear soluciones que derriben barreras en pagos, remesas, inclusión o microfinanzas.
No se trata de programar por programar. Se trata de imaginar, en comunidad, cómo sería un sistema financiero donde nadie quede fuera: donde un pequeño comercio en cualquier parte de México acepte pagos globales con un clic, una creadora de contenido reciba donaciones instantáneas desde cualquier país, o una ONG gestione fondos con total transparencia y control.
El reto no es solo técnico, es cultural: romper la costumbre del “cada cual por su cuenta” para construir juntos un internet de oportunidades, donde el valor se mueva con la misma libertad y apertura que la información.. Y no hay mejor espacio para hacerlo que un hackathon: un laboratorio vivo de colaboración, propósito y acción. La interoperabilidad no ocurrirá por decreto. Ocurrirá cuando quienes pueden construirla decidan hacerlo. Y ese momento puede comenzar el próximo 8 y 9 de noviembre.
Es importante que todos seamos parte de la solución y definamos juntos la próxima generación de las finanzas en el país. No esperemos a que otros construyan el futuro: ¡vamos a construirlo juntos!