Paul D. Roberts expone cómo la evolución desde IA específica hasta inteligencia de organoides transformará modelos de negocio.
La inteligencia artificial ha evolucionado de promesa tecnológica a motor de productividad empresarial. Durante Links 2025, Paul D. Roberts delineó un mapa estratégico que los CIOs necesitan dominar: cinco categorías de IA que están reconfigurando la competitividad global.
IA específica: el presente rentable
La Narrow AI representa la implementación más madura y rentable disponible actualmente. Enfocada en tareas concretas como reconocimiento de voz y sistemas de recomendación, ya genera valor medible en banca, salud, logística y telecomunicaciones.
Su fortaleza radica en la especialización: procesos definidos, resultados predecibles, ROI calculable. Para organizaciones que buscan implementaciones de bajo riesgo con impacto inmediato, esta categoría ofrece el punto de entrada más seguro hacia la transformación digital.
IA generativa: creatividad automatizada
La capacidad de generar contenido original – texto, imagen, video, código – marca un salto cualitativo en automatización. Roberts demostró esta evolución con ejemplos concretos: “Hoy puedes decirle: ‘Hazme un podcast sobre el futuro’, y lo hace.”
Esta tecnología redefine flujos creativos tradicionales, acelera desarrollo de software y democratiza la producción de contenido. Para departamentos de marketing, desarrollo y comunicaciones, representa una multiplicación exponencial de capacidades productivas.
Agentes autónomos: decisión sin supervisión
Los agentes autónomos ejecutan tareas completas sin intervención humana: se conectan con sistemas, analizan datos, toman decisiones y actúan en consecuencia. Roberts lo sintetizó claramente: “Puedes decirle algo y lo hace.”
Esta autonomía operativa transforma la gestión de procesos empresariales. Desde cadenas de suministro hasta atención al cliente, los agentes autónomos permiten escalabilidad sin incremento proporcional de recursos humanos.
AGI: el horizonte 2029
La Inteligencia Artificial General aspira a emular capacidades humanas complejas. Roberts citó la predicción de Kurzweil: “El pronóstico de AGI es para 2029.”
Aunque aún en desarrollo, su proximidad exige preparación estratégica. Las organizaciones que establezcan fundamentos sólidos en datos, procesos y cultura digital estarán mejor posicionadas para aprovechar esta transformación radical.
Inteligencia de organoides: eficiencia biológica
La computación basada en células cerebrales cultivadas representa la frontera más disruptiva. Con eficiencia energética 400,000 veces superior a redes neuronales artificiales, estas unidades ya demuestran capacidades de aprendizaje en tareas como videojuegos.
Esta tecnología promete revolucionar el procesamiento computacional, ofreciendo poder de cálculo masivo con consumo energético mínimo – ventaja crítica para organizaciones que enfrentan costos crecientes de infraestructura digital.
Del liderazgo reactivo al anticipatorio
Roberts planteó un cambio fundamental en metodología estratégica: “Hacer un viaje al futuro, mirar hacia atrás hasta el día de hoy y decir, ¿cómo empezamos a llegar allí?”
Este enfoque invierte la planificación tradicional. En lugar de extrapolar desde el presente, las organizaciones deben visualizar escenarios futuros inevitables y diseñar rutas de implementación hacia atrás.
Inteligencia distribuida vs hiperconectividad
La diferenciación clave entre sistemas conectados y verdaderamente inteligentes define ventajas competitivas. Roberts destacó la limitación histórica: “El problema era que no era inteligente. Simplemente estaba conectado… ¿Recuerdas cuál era la parte inteligente de una casa inteligente? Tú.”
La convergencia actual de sensores, redes, cómputo y algoritmos crea ecosistemas genuinamente inteligentes donde automatización, aprendizaje y decisión se integran sin fricción.
Implicaciones para el liderazgo CIO
Los agentes inteligentes pueden “aprender y compartir instantáneamente la experiencia de todos los demás. El único que no tiene esa capacidad eres tú”, advirtió Roberts.
Esta realidad exige liderazgo visionario, flexible y dispuesto a desaprender marcos mentales obsoletos. Los CIOs que mantengan enfoques reactivos enfrentarán desventajas estructurales en un entorno donde la adaptación instantánea se convierte en ventaja competitiva esencial.
La transformación no es gradual: es exponencial. Las organizaciones que comprendan esta taxonomía de IA y alineen estrategias con cada categoría construirán fundamentos para competitividad sostenida en la economía digital emergente.