La alianza estratégica entre los dos gigantes tecnológicos estadounidenses amenaza la hegemonía de TSMC y AMD en el sector de chips para inteligencia artificial.
El panorama de los semiconductores experimenta una transformación radical tras el anuncio de Nvidia de invertir $5.000 millones en Intel, convirtiéndose en uno de sus principales accionistas con aproximadamente 4% de participación tras la emisión de nuevas acciones.
Esta operación, que disparó las acciones de Intel 23% en una sola jornada, representa una segunda oportunidad para el fabricante estadounidense después de años de intentos fallidos de recuperación. La inversión de $23.28 por acción, aunque inferior al cierre del miércoles de $24.90, supera los $20.47 que pagó el gobierno estadounidense por su participación del 10%.
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Colaboración tecnológica sin manufactura
La alianza incluye el desarrollo conjunto de chips para centros de datos y computadoras personales, pero excluye deliberadamente el negocio de manufactura por contrato de Intel. Esta decisión estratégica mantiene a Nvidia como cliente potencial futuro mientras permite que Intel suministre procesadores centrales y empaquetado avanzado para los productos conjuntos.
Jensen Huang, CEO de Nvidia, confirmó que su empresa continúa evaluando la tecnología de fundición de Intel tras casi un año de colaboración, sin descartar futuras expansiones de la asociación.
Amenaza directa a TSMC y AMD
La sociedad representa un riesgo considerable para Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), actual fabricante de los procesadores insignia de Nvidia. La posibilidad de que esta producción migre hacia Intel plantea interrogantes sobre la dependencia geopolítica del sector.
AMD enfrenta presión adicional al competir directamente con Intel en el suministro de chips para centros de datos, ahora respaldado por el músculo financiero y tecnológico de Nvidia. Las acciones de AMD cayeron 1.3% tras el anuncio, mientras Broadcom retrocedió 0.5%.
Tecnología propietaria como diferenciador
El acuerdo contempla que Intel diseñe procesadores centrales personalizados que Nvidia empaquetará con sus unidades de procesamiento gráfico (GPU) para inteligencia artificial. Una tecnología propietaria de Nvidia facilitará comunicación de alta velocidad entre ambos chips, elemento crucial en el mercado de IA donde múltiples procesadores deben funcionar como una unidad cohesiva.
Esta capacidad, actualmente exclusiva de los servidores de IA de Nvidia, posiciona a Intel en igualdad de condiciones para generar ingresos por cada servidor vendido.
Consolidación del ecosistema estadounidense
La operación se suma a las inversiones previas de $2.000 millones de SoftBank y $5.700 millones del gobierno estadounidense en Intel, consolidando un fondo de capital significativo para la recuperación de la compañía.
Lip-Bu Tan, CEO de Intel desde marzo tras la salida del anterior directivo por presiones relacionadas con conexiones en China, ha prometido optimizar las operaciones y construir capacidad de fabricación únicamente cuando exista demanda correspondiente.
La alianza Nvidia-Intel representa potencialmente el primer paso hacia una adquisición o reestructuración del sector de semiconductores estadounidense, aunque los analistas no descartan que Intel mantenga operaciones reducidas pero viables.
El anuncio marca un punto de inflexión en la industria, transformando a Intel de rezagado en inteligencia artificial a componente integral de la infraestructura futura de IA, según Gadjo Sevilla de eMarketer.