¿Puede la contabilidad digital convertirse en un habilitador de crecimiento y desarrollo?
Según el más reciente estudio de ESSAD no solo puede: es necesario promover esta adopción para lograr sus beneficios en todo el espectro económico y social.
Para la mayoría de los analistas e impulsores de la digitalización, los beneficios de la tecnología se pierden de vista y, por ello, la misma debe tratarse como razón de Estado.
Lo cierto es que es más fácil decirlo que lograrlo y el entusiasmo suele dejar de lado las barreras económicas, sociales y hasta culturales que impiden lograr algunos objetivos.
Por ejemplo, la pandemia logró avances importantes tanto en pagos digitales como bancarización y adopción del comercio electrónico en América Latina.
Sin embargo, en países como Colombia o México se han experimentado caídas en cada una de estas adopciones toda vez que la normalidad de la pandemia se extinguió.
Así, en ambos países, los usuarios volvieron a sus prácticas tradicionales mientras lamentaban algunos comercios que no sobrevivieron al COVID-19.
Por supuesto, buena parte de la audiencia, sin embargo, hizo la conversión y mantiene algunos de los hábitos digitales adquiridos durante los días de confinamiento.
Estos ires y venires han permitido, entre otras cosas, establecer qué se requiere para que la adopción crezca en forma sostenible.
La respuesta es recordar que la digitalización, como la inclusión, es un proceso integral y holístico. O no es tal.
Digital de principio a fin
Así que no solo hay que fomentar el comercio electrónico: hay que soltarlo de herramientas tecnológicas como la contabilidad digital para que las mipymes puedan consolidarse y escalar.
“Contar con un sistema contable digital no es un lujo: es una necesidad operativa que impacta directamente la rentabilidad y la viabilidad de los emprendimientos digitales”, aseguró el CEO de ESSAD, Jesús Moscoso.
Según el más reviente estudio de la firma especializada en gestión empresarial, el entorno actual de nuestros países, en especial México, está en marcado tanto por la informalidad laboral como por la digitalización acelerada.
La investigación destaca que la informalidad laboral sigue siendo un factor estructural que limita el desarrollo económico, tanto en México como en otros países de América Latina.
Además, que las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en México enfrentan un desafío estructural: profesionalizar su gestión contable.
Según la Radiografía del Emprendimiento 2024 de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM):
- Solo el 30% de las mipymes utiliza software contable o de gestión de clientes, y
- Y menos del 15% ha incorporado sistemas empresariales robustos como ERP.
Moscoso recordó que, según la investigación, está brecha tecnológica limita el acceso a financiamiento, la integración a cadenas de valor y el cumplimiento fiscal.
No obstante, según datos del INEGI para junio de 2025:
- 54,8% de la población ocupada en México trabajaba en condiciones informales
- Ello equivale a más de 33 millones de personas
Fortalecer el tejido económico
Esta realidad permea el ecosistema emprendedor, donde muchos negocios operan sin registros contables, fiscales ni laborales.
La falta de profesionalización contable perpetúa una economía fragmentada, con empresas que no pueden escalar por carecer de información financiera confiable.
Así, aunque más del 60% de las mipymes ha digitalizado al menos un proceso, como facturación o atención al cliente, pocas han dado el siguiente paso hacia la automatización contable.
En contraste, estudios del sector demuestran que el uso sostenido de herramientas contables puede aumentar la productividad hasta en un 65%. ¿Cómo? Gracias a la automatización de tareas, la reducción de errores humanos y la visibilidad financiera en tiempo real.
Fernando Rojas, también CEO de ESSAD, señala que muchos emprendedores digitales aún manejan sus ingresos y egresos de forma manual o con hojas de cálculo básicas, lo que impide una lectura estratégica del negocio.
“Un sistema contable no solo ordena finanzas, también abre puertas a financiamiento, cumplimiento fiscal y crecimiento sostenible”, explicó el co fundador y co CEO de ESSAD, Fernando Rojas.
Para el ejecutivo, la contabilidad digital no es solo una herramienta técnica; es una infraestructura de credibilidad. Permite generar reportes clave para inversionistas, socios o instituciones financieras, facilita la toma de decisiones estratégicas y habilita el cumplimiento normativo.
Considera Rojas que, en un país donde más de la mitad de la fuerza laboral está fuera de la formalidad, las mipymes tienen la oportunidad de liderar un cambio estructural.