Una aseguradora redujo en casi US$100 millones anuales los costos de operación de una aplicación con el primer paso.
LEE TAMBIÉN: Computación de nube y el reto de la optimización de costos
1. Repensar las aplicaciones: de CapEx a OpEx
Uno de los errores más costosos al migrar a la nube es trasladar aplicaciones legadas sin una reestructuración adecuada. Muchas aplicaciones se han vuelto monolíticas con el tiempo y moverlas tal cual puede resultar más costoso que mantenerlas on-premises.
El enfoque correcto implica modernizar la arquitectura para aprovechar el modelo de costos flexible de la nube (OpEx), en lugar de seguir con un esquema de costos fijos (CapEx). Un ejemplo impactante es el de una aseguradora que operaba un sistema de análisis de riesgo en infraestructura propia. Su mantenimiento costaba casi US$100 millones anuales y requería más de 150 ingenieros para administrarlo.
En lugar de hacer un simple “lift and shift”, la empresa rediseñó la aplicación. Ahora, el sistema funciona en almacenamiento frío y se activa solo cuando es necesario, cargando los datos de manera dinámica. ¿El resultado? El sistema opera por menos de US$ 800 diarios, reduciendo costos anuales a unos US$ 300.000.
Un ahorro de US$ 99.7 millones al año.
2. Implementar barandillas para evitar desperdicio
Recursos subutilizados, procesos “zombies” y cuentas abandonadas pueden inflar los costos sin que nadie se percate. La solución: automatizar y estandarizar la gestión de la nube.
Muchas empresas enfrentan un problema común: sus equipos de TI están acostumbrados a operar en entornos on-premises y carecen de experiencia en optimización en la nube. Esto puede generar costos inesperados y desperdicio de recursos.
Aquí es donde un equipo de plataforma experimentado marca la diferencia. Establecer políticas de infraestructura como código (IaC) y sistemas de gestión del ciclo de vida de imágenes permite optimizar recursos sin intervención manual. Estas medidas previenen errores clásicos y ayudan a que los equipos adopten mejores prácticas para reducir el desperdicio en la nube.
3. Alinear el gasto en la nube con los resultados del negocio
En muchas empresas, el departamento de TI es un centro de costos centralizado que gestiona todo el presupuesto tecnológico. Pero si el gasto en la nube no está directamente vinculado a los resultados financieros de cada unidad de negocio, las decisiones de inversión pueden volverse ineficientes.
El enfoque FinOps cambia esta dinámica al integrar tecnología, finanzas y estrategia de negocio. Esto permite tomar decisiones más informadas sobre el gasto en la nube, evaluando su impacto en los ingresos y los márgenes operativos.
Por ejemplo, si triplicar los recursos en la nube mejora la resiliencia de una aplicación globalmente pero reduce el margen operativo en un 30%, ¿vale la pena el costo? Herramientas como Apptio e Infracost ayudan a equilibrar el gasto sin comprometer la rentabilidad o la seguridad.
Conclusión: menos desperdicio, mayor eficiencia
Reducir el desperdicio en la nube no es solo una cuestión de costos, sino de estrategia. Las organizaciones que optimizan sus aplicaciones, automatizan la gestión de recursos y alinean el gasto con los resultados de negocio logran no solo ahorrar, sino también maximizar el valor de su inversión en la nube.
Y tú, ¿cuánto podrías ahorrar aplicando estos principios?