Los desafíos que suponen la Inteligencia Artificial y la ciberseguridad para las empresas son imposibles de atender si no se cuenta con el talento y las habilidades necesarias.
Pero la escasez de personal de tecnología con todas las competencias que se requieren ha introducido u nuevo dilema para el CIO.
Hecho: la Inteligencia Artificial (IA) muestra competencia para crear código o hacer análisis precisos en tiempo real de los sistemas de monitoreo de amenazas de ciberseguridad.
Frente a los de adiós actuales, ambas posibilidades parecen buenas noticias para la gestión de equipos. La mala es que tanto la ciberseguridad como la IA requieren de habilidades avanzadas para ser aprovechada al máximo.
Aunque las Inteligencias Artificiales (IAs) contribuirán a redefinir los roles en el futuro del trabajo, lo cierto es que sus requerimientos desafían a la gestión del talento.
Es esencial contar con especialistas en campos específicos que garanticen el éxito de los proyectos tecnológicos.
“La gestión de los proyectos de desarrollo tecnológico requiere de profesionales especializados, con competencias que barren desde aquellos aspectos asociados la tecnoestructura hasta todo lo atinente a la tecno-cultura”, explica la Directora del Máster Universitario en Gestión de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), Adelaide Bianchini.
Pero, ¿a qué se refiere esta llamada tecno-cultura? La especialista refiere que esta noción incluye a:
- El área de empresa
- El factor comunicacional
- El liderazgo
También se refiere a gestión de personas y conflictos, de la resistencia a cambios, de barreras físicas y discapacidad, entre otras situaciones.
¿Un nuevo Desarrollo Organizacional?
Pero, ¿a qué se refiere esta llamada tecno-cultura? La especialista refiere que esta noción incluye a:
- El área de empresa
- El factor comunicacional
- El liderazgo
También se refiere a gestión de personas y conflictos, de la resistencia a cambios, de barreras físicas y discapacidad, entre otras situaciones.
La Directora del Máster Universitario en Gestión de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de la VIU hizo notar que, por otro lado, la noción de tecno-estructura se refiere a la combinación de aquello que es tangible y cuantificable en un proyecto tecnológico.
Nos referimos, entonces, a tecnologías como el software, hardware, los dispositivos para la gestión y análisis de datos, etc.
La especialista destaca que es en el manejo de la tecno-estructura donde la actuación del talento humano se manifiesta en pro de los objetivos específicos de la organización.
Estima Bianchini que tal configuración es necesaria, si se tiene en cuenta que cada día:
- Surgen nuevas tecnologías subyacentes
- Se crean nuevos modelos de negocios
- Evolucionan los esquemas de interacción entre empresas y clientes (B2C)
- Entre empleados y empresas (B2E)
- Entre organizaciones (B2B)
- Así como entre las empresas y gobierno (B2G)
Un dilema encubierto
Toda esta dinámica crea a los CIOs un falso dilema. Así, la gerencia tecnológica de las empresas pareciera tener que decidir si deben procurar equipos multidisciplinarios o interdisciplinarios para lograr sus objetivos.
Bianchini destaca que hay una tendencia aun peor: hablar de unos y otros como si fueran sinónimos. Dos formas de designar el mismo fenómeno. No es así.
La especialista subraya que hay una gran diferencia a la hora de hablar desde el punto de vista holístico, fundamental para las TIC.
Lo multidisciplinar, acota Bianchini, aplica cuando investigadores de distintas disciplinas participan en un mismo proyecto, pero desde su propia individualidad.
Es decir, realizando sus propios estudios y obteniendo resultados individuales para aportar.
En la otra acera, lo interdisciplinario implica la integración y cooperación de distintas disciplinas. Ello permite obtener un resultado que vaya más allá de los límites de cada disciplina particular.
De esta manera se obtienen nuevos conceptos, prácticas y metodologías.
“Optar por la interdisciplinariedad es mucho más productivo para confrontar opiniones. La diversidad de pensamiento resulta ser una ventaja”, apunta Adelaide Bianchini, Directora del Máster Universitario en Gestión de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de la VIU.
La deslocalización como ventaja
En este escenario, destaca Bianchinu, cada experto se centra en su dominio, aunque trabaja en conjunto con otros para integrar el conocimiento en todas las áreas involucradas.
Desde las maestrías de la VIU se impulsa este tipo de equipos al considerarse que la colaboración del talento de distintas disciplinas permite una retroalimentación que construye nuevos conocimientos.
Por otro lado, los equipos interdisciplinarios fortalecen las dinámicas del trabajo en que la colaboración y la comunicación son clave.
Además, abren la puerta a mecanismos innovadores que flexibilizan el trabajo, enriqueciendo la gestión del talento.
“Las organizaciones deben fomentar el uso de plataformas que permitan el trabajo colaborativo, de manera eficaz. Hay equipos de trabajo cuyos miembros pueden estar dispersos geográficamente, con horarios distintos, etc.”, apuntó la académica de la VIU, Dra. Adelaide Bianchini.
Para la especialista, una plataforma de colaboración posibilita que se comparta información, el almacenamiento y la recuperación eficaz de documentos de trabajo, etc.
Todo ello facilita la comunicación síncrona para reuniones de trabajo y el intercambio de ideas: la clave de una gestión de talento que impulse la innovación.