La entrada en vigencia de la nueva Ley Antievasión de Chile empuja la digitalización de las transacciones.
Esto supone un desafío digital para las pequeñas y medianas industrias, sector que se intenta formalizar.
Por: Paolo Soto | CEO & Co-Founder Landscape
En Chile, donde el 28,1% de los trabajadores se desempeñan en la informalidad (INE, 2024), la nueva Ley de Cumplimiento Tributario o Antievasión, ha generado inquietud en miles de pequeñas y medianas empresas (PYMEs) del país.
Si bien, esta es una ley que se genera para regularizar el trabajo informal.
La ley Antievasión establece que los bancos deben reportar al Servicio de Impuestos Internos (SII), cuando un cliente reciba transferencias o depósitos que superen un cierto umbral. Esto coloca en jaque a las y los trabajadores que no tienen los conocimientos para poner en regla su negocio.
En ese sentido, me pregunto:
¿Cuántos negocios comenzaron desde cero y, hoy en día, venden por Instagram sus productos?
¿Cuántas personas no tienen educación financiera pero, aun así, trabajan para sobrevivir y mantener a sus familias?
La tecnología al servicio de todos
Una pregunta final, aunque no por ello menos importante es: ¿cómo le explicamos a la gente la manera de comenzar a pagar sus impuestos?
Esta iniciativa del Gobierno, promete combatir la elusión tributaria. De la misma manera, se podrá también aumentar la recaudación para financiar la Ley de Presupuesto 2025.
Sin embargo, esta llamada Ley Antievasión debe estar acompañada de apoyo para combatir tanto la brecha educativa como la digital. Está última, en particular, nos ha acompañado en los últimos 20 años.
Como desarrollador, junto a mi equipo, creamos una herramienta tecnológica y gratuita HPay. Esta aplicación facilita la emisión de boleta electrónica, ayudando al cumplimiento de la normativa fiscal.
No obstante, esta es sólo UNA acción para atenuar esa brecha.
Aún tenemos la responsabilidad, como país, de educar y, luego, exigir.