Así como no hay desarrollo sin electricidad, la era de los datos, el nearshoring y la IA requiere de una buena infraestructura.
Y de energía. La seguridad de las infraestructuras energéticas debe, entonces, ser prioridad hoy para México.
Desde que el Tratado de América del Norte inició a finales del siglo pasado, México ha logrado consolidado la diversificación de su economía.
En un avance evolutivo de esta estrategia, la nación se ha apostado mucho a su estrategia de nearshoring.
Las circunstancias geopolíticas y geoeconómicas le dieron la razón llevándola a coronar: Foxconn tendrá en tierra mexicana la planta más grande superconductores de NVIDIA y de su tipo. En el mundo.
Pero el éxito de esta estrategia depende de que las empresas puedan lograr la productividad que esperan. Para ello hay que aceptar, prever y planificar la creciente demanda de infraestructura energética en México.
No hay lugar para excusas: en los últimos años, México ha visto un incremento significativo en la inversión extranjera directa, alcanzando un total de US$36.058 millones en 2023.
La cifra no sólo marca un nuevo máximo histórico de inversiones, con respecto al año anterior. También señala dimensión del compromiso y las expectativas de los inversores.
“A medida que México sigue atrayendo inversiones extranjeras y expandiendo su capacidad industrial, la seguridad y fiabilidad de nuestras infraestructuras energéticas deben ser una prioridad máxima”, resaltó el Director Regional de Netscout, Jorge Tsuchiya.
Protección a la medida del nearshoring
Pero esta explosion de las inversiones supone una responsabilidad.
Tal crecimiento ha llevado a un aumento en la demanda de recursos energéticos, exponiendo la urgencia de abordar cuestiones críticas relacionadas con la seguridad de las redes eléctricas.
Ello so pena a que las mismas se sobre carguen o camapsen y dejen a inversionistas y comunidades sin servicio, interrumpiendo la vida y las operaciones.
“La inversión en tecnología avanzada y la colaboración entre sectores son esenciales para proteger nuestras redes eléctricas y garantizar un suministro energético continuo y fiable”, insistió Jorge Tsuchiya, Director Regional de Netscout.
El ejecutivo destaca, sólo mediante un enfoque proactivo y coordinado podremos enfrentar los desafíos actuales y futuros
Los cierto es que, debido a este incremento, se tienen dos desafíos crucialea:
Ciberseguridad
Los ciberataques a infraestructuras críticas, como instalaciones energéticas, han mostrado un aumento significativo en los últimos años, especialmente en 2023.
Se reportó que en este año hubo un promedio de 13 ataques por segundo dirigidos a infraestructuras críticas a nivel global, lo que representó un incremento de aproximadamente 30% en comparación con el año anterior.
Este tipo de ataques puede afectar a sectores clave como:
- Las redes eléctricas
- El transporte
- Y las comunicaciones
Por ello representan riesgos para la economía y la ciudadanía debido a potenciales interrupciones en servicios esenciales.
Tales ataques subrayan la necesidad de fortalecer las medidas de protección contra amenazas digitales.
“Los ciberataques a instalaciones energéticas no solo han causado pérdidas económicas significativas, sino que también han puesto en riesgo la operación diaria y la seguridad de datos críticos”, explicó Jorge Tsuchiya, Director Regional de México en NETSCOUT.
Además, el ejecutivo resaltó cómo el aumento de ataques de Denegación de Servicio Distribuida (DDoS) ha afectado la disponibilidad y el rendimiento de las redes eléctricas.
Fenómenos Meteorológicos Extremos
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su informe El Estado del Clima en América Latina y el Caribe ha documentado un aumento en la frecuencia y severidad de fenómenos extremos en la región.
Ello incluye huracanes, sequías y precipitaciones intensas, las cuales han causado pérdidas significativas y daños a la infraestructura.
México, en particular, ha experimentado uno de los incrementos más elevados en la temperatura promedio en América Latina.
Tal fenómeno está relacionado con la creciente intensidad de sequías y tormentas en diversas regiones del país.