El mundo encara un nuevo tiempo. El del gran despertar de la Inteligencia Artificial.
La pregunta que flota en el ambiente es: ¿constituye esta nueva era una amenaza o una oportunidad para el ser humano?
Por: Sergio Candelo | Co-Founder Snoop Consulting
Nos encontramos en un momento crucial en la historia de la humanidad, en el cual la automatización y la inteligencia artificial (IA) están transformando radicalmente la naturaleza del trabajo.
En fábricas, robots como el Optimus de Tesla están reemplazando a los humanos en tareas que antes parecían exclusivamente nuestras.
Desde la agricultura hasta la medicina, la tecnología está desafiando la idea tradicional del trabajo y nos obliga a preguntarnos: ¿qué haremos cuando las máquinas puedan hacerlo casi todo?
Lejos de ser una amenaza, veo esta transformación como una oportunidad para reinventarnos. El trabajo rutinario y repetitivo está siendo absorbido por la automatización.
Pero esto nos deja espacio para centrarnos en áreas donde los humanos somos insustituibles:
- Creatividad
- Pensamiento crítico
- Empatía
- Y habilidades sociales
Las máquinas podrán ser más eficientes, pero nunca podrán replicar la conexión emocional y la capacidad humana de innovar.
Ajustarse a la nueva era
Sin embargo, esta transición no será fácil para todos. Los gobiernos e instituciones tendrán un papel clave en preparar a la sociedad para este cambio.
Para ello, deberán invertir en educación y capacitación, de manera tal que las personas desarrollen las habilidades necesarias en este nuevo mundo laboral.
Medidas como la renta básica universal podrían ser cruciales para asegurar que nadie se quede atrás en este proceso.
Más allá de lo laboral, lo más emocionante de esta era es la posibilidad de replantear nuestra relación con el trabajo. Y, por ende, con la vida misma.
La automatización que proporciona la Inteligencia Artificial puede, también, liberarnos de tareas monótonas y permitirnos dedicar más tiempo a nuestras pasiones.
Del mismo modo, no dejara espacio para atender esas actividades que, realmente, nos llenan como seres humanos: el arte, la música, la filosofía y la comunidad.
El “Gran Despertar” no sólo es tecnológico, es también humano.
Si tomamos las decisiones correctas, podemos construir un futuro en donde tenemos el cual la colaboración entre humanos y máquinas nos permita vivir vidas más plenas y significativas.
Esta es nuestra oportunidad para reimaginar el trabajo y, en última instancia, el propósito de nuestra existencia.