¿Se ha preguntado cómo sería no tener el buscador de Google para su uso cotidiano?
Luego de 25 años de historia, cada vez son menos las personas vivas que recuerdan un mundo sin él.
Es claro que la historia de Internet, de la Revolución Digital y de la llamada Tercera Revolución Industrial es previa e independiente a la historia de Google.
No obstante, no se faltará algún escolar desprevenido de los 5.160 millones de usuarios que se conectan alrededor de seis horas y 37 minutos que este convencido que, si la navegación en Internet existe es porque Google la inventó.
Justo es decir que algo de eso hay pues el navegador qué comenzó a funcionar en 1998 hizo que la información disponible en Internet pudiera ser útil pues la hizo fácilmente accesible.
Eso fue el equivalente al descubrimiento de América en la navegación por Internet.
Luego, la incorporación temprana de la Inteligencia Artificial hizo qué la palabra “algoritmo” estuviese casi qué inevitablemente asociada a Internet.
Sin duda, hay un mundo antes y otro después de Google. Pero en lo que respecta al futuro, tampoco parece casual que OpenAI anuncie su capacidad de navegar por internet justo hoy.
Es un detalle nada conciliador qué, parece, indicar que los días en que Google creó su propio océano azul terminaron.
O, al menos, están tan en la ruta de la extinción como lo estuvieron los navegadores que existían cuando la tecnología del cumpleañero generó una histórica disrupción.
¿El fin de una era?
La historia de Google es la de un humilde navegador que cambio la historia tanto de la navegación como de la publicidad en Internet, convirtiéndose en la piedra angular del emporio tecnológico que, en la actualidad, conocemos como Alphabet.
Los Adwords (2000), Gmail (2004); Maps, Google Talks, Android y la compra de YouTube…. Todo en 2005… son algunos de los hitos de la compañía que, también, han cambiado al mundo.
Ni hablar de la forma de buscar qué ha pasado de buscar páginas y textos a lo que es posible hacer hoy como, por ejemplo, buscar imágenes usando comando de voz.
La palabra algoritmo y la expresión aprendizaje automático están invariablemente asociadas a Google porque los puso al alcance de todos, en cualquier momento del día al incorporarlo a sus aplicaciones.
Curiosamente, al celebrar su primer cuarto de siglo no sólo todo el mundo parece haber olvidado que la IA llego a nuestras manos de su mano sino que, además, ya amos de una revolución qué encabeza el que auténticamente puede ser su rival en todo este tiempo.
¿Por qué? Porque tanto OpenAI como Bing compiten – aunque no lo parezca – usando cono arma lo que ha sido la principal característica de Google: hacer que la IA esté al alcance de todos.
El ragalo de OpenAI
El anuncio de OoenIsA de que su tecnología de GenIA (Inteligencia Artificial Generativa) ya puede navegar por internet es imorecisa: Bing ya lo había conseguido hace unos meses atrás por puro aprendizaje de maquina.
Por control de la tecnología, eso se bloqueó. Pero el lanzamiento de Bard como respuesta de Google aceleró ese paso inevitable.
Con Bing aprendiendo exponencialmente de las consultas al punto de que ya elabora imágenes, la guerra de buscadores escala a un nuevo nivel.
Detrás de OpenAI está Microsoft, décadas de procesamiento de textos y el uso masivo de Office.
No obstante, algunos siguen creyendo que Google tiene la ventaja gracias a Wikipedia.
Habría que preguntarle tanto a Bard como a Bing quien ganará esta contienda.
Y guardar las respuestas a ver cúal de los dos, en realidad, acertó. Si es que alguno de ellos acierta.