Nadie duda del valor de la fibra óptica en la creciente conectividad global.
Pero, si entendemos a la energía como motor de desarrollo, veremos también su importante rol para cubrir necesidades en las infraestructuras eléctricas.
Por: Lucas Samyn| Coordinador de Ingeniería de Ventas en Furukawa Solutions
Para un país, fortalecer sus sistemas energéticos resulta vital para el desarrollo. Contar con una infraestructura robusta permite cubrirse ante posibles crisis y lograr una independencia energética beneficiosa para los ciudadanos.
Cada vez son más grandes las inversiones que se realizan en este ámbito. Las preocupaciones giran en torno a la eficiencia de este recurso y a cómo lograr sistemas más eficientes.
Si entendemos a la energía como fuente principal de todo desarrollo, ¿cómo es que ésta llega a los usuarios?
Para mover la vida diaria de las personas, del comercio y de la industria, la energía eléctrica se genera en una planta que – usualmente – se encuentra lejos de los centros de consumo.
Primero, pasa a través de una subestación elevadora, aumentando el nivel de voltaje para que la energía pueda ser transmitida a través de las líneas de transmisión, con mínimas pérdidas, hasta las subestaciones de bajada.
Éstas, a su vez, reducen el voltaje a niveles más seguros para el transporte dentro de las ciudades a través de las líneas de distribución primarias.
Un ecosistema integrado
Así, el consumidor final es atendido por la distribución secundaria, nivel donde el voltaje se reduce una vez más para atender los equipos eléctricos.
En el contexto actual, el Sistema Eléctrico de Potencia (SEP) pasa por un gran desafío ya que el comercio, la industria e, incluso, las residencias comunes pueden generar su propia energía a través de fuentes renovables, como la energía solar.
Es la llamada generación distribuida, la cual presenta algunas nuevas preocupaciones al operador del sistema eléctrico: es necesario prever la inyección de potencia eléctrica en la red, donde antes sólo había consumo.
Por otro lado, con la llegada de los coches eléctricos, las redes de distribución inteligentes y los consumidores cada vez más exigentes, es necesario que el sistema eléctrico pueda funcionar con seguridad y ofrecer un servicio con calidad, fiabilidad y disponibilidad.
Por eso, un sistema de comunicación eficiente se hace esencial: los centros de control, la supervisión y medición de las empresas distribuidoras pasan a ser dependientes de una red altamente confiable.
La fibra óptica como respuesta a las nuevas necesidades
Las líneas de transmisión de energía recorren largas distancias, cruzan obstáculos geográficos como montañas, ríos, entre otros, y pasan por lugares remotos.
Este escenario se hace aún más exigente si se considera que tal infraestructura debe permitir una comunicación entre subestaciones, lo cual involucra alta criticidad.
Además, la red de energía será compartida con los sistemas de telecomunicaciones de alta anchura de banda.
En este caso, la fibra óptica es la mejor opción, ya que es inmune a las interferencias electromagnéticas.
Por otra parte, esta opción tiene la capacidad de ofrecer un alto rendimiento e integrar varios servicios de telecomunicaciones en el mismo entorno.
Hemos subrayado en más de una ocasión que la fibra óptica aumenta la fiabilidad, en los ambientes críticos.
Es decir, en sitios como las plantas fabriles eléctricas o, incluso, de generación de energía. Esto se debe a que aseguran el buen funcionamiento de todo el sistema.
Para nosotros es fundamental que Furukawa aporte la experiencia acumulada en telecomunicaciones.
Esto permitirá el uso sin incidentes de la fibra óptica en ambientes donde se realiza la generación de energía o con interferencias electromagnéticas.