¿Cómo impulsar un equipo comercial con cultura de perfeccionamiento? La respuesta es: con upskilling y reskilling.
Por: Eduardo Alcérreca | CEO & Founder de Tu Media Naranja
En un ambiente complejo como el actual, las empresas tienen que pensar rápido y reaccionar aún más a mayor velocidad para sobrevivir.
Esto hace que la mejora y la actualización de las habilidades sean prácticas indispensables en cualquier organización.
Si bien ambos – upskilling y el reskilling – se refieren a los procesos de aprender nuevas habilidades, el contexto lo es todo:
- El “UP” de las habilidades se centra principalmente en ayudar a los colaboradores a ser más capacitados y relevantes en su puesto actual
- Mientras que el “RE” de habilidades se centra en hacer que los colaboradores estén preparados para otros trabajos dentro de la organización
Diferenciarse de la competencia – tanto nacional como internacional – supone que las empresas necesitan destacarse y hacer que su propuesta de valor brille más que las otras.
Para ello, contar con una fuerza laboral:
-
- Ágil
- Diversa
- Creativa
- Que continuamente está aprendiendo
- Adaptándose
- Adquiriendo
- Y perfeccionando nuevas habilidades
- Es fundamental
Todo lo anterior es aún más importante si consideramos que los avances en inteligencia artificial y automatización están tanto revolucionando como alterando roles y profesiones bien establecidos a un ritmo sin precedentes.
Realidad más allá de la contingencia
Puede que millones de puestos de trabajo sean desplazados por las tecnologías emergentes. Pero, también, se espera que estos mismos avances tecnológicos creen otros tantos millones de nuevos roles que requieren capacitación relevante de manera permanente.
En ese escenario, una fuerza de trabajo ágil y flexible es crucial para las organizaciones que desean mantenerse a la vanguardia.
Una cultura de perfeccionamiento permite la rápida adopción de nuevas soluciones tecnológicas y prácticas comerciales innovadoras.
Con todo, está claro que las organizaciones con visión de futuro deben tomar en serio el dúo estratégico que conforman upskilling y reskilling.
Ambas prácticas permitirán que las empresas se mantengan al día.
Sin embargo hay que precisar: todo esto tiene sentido a nivel de políticas. Pero, cuando se llega a la realidad esencial de elegir a los colaboradores adecuados para los programas de formación, las cosas pueden volverse un poco menos intuitivas.
¿Quién debería volver a capacitarse? ¿En qué deberían ser entrenados? ¿Cuándo?
Evaluación uno a uno
Las aspiraciones personales de los colaboradores son una fuerza impulsora enorme en su productividad, compromiso y lealtad a sus organizaciones.
Las empresas que son lo suficientemente inteligentes como para aprovechar estas aspiraciones y proporcionar a sus colaboradores trayectorias profesionales descubren que el impulso a su desempeño general es significativo.
Además, dichos desarrollos de carrera también pueden servir como una brújula para los esfuerzos de reskilling.
Observar las brechas de habilidades y hacerlas coincidir con las brechas que deben superarse para satisfacer las aspiraciones profesionales de los colaboradores ayuda a alinear los objetivos organizacionales y personales.
Ello además de facilitar el identificar candidatos sólidos para programas específicos de mejora y actualización de habilidades.
Ahora bien, la pregunta de “cuándo” se puede responder en el momento en que las necesidades del negocio y la realidad financiera sean claras.
Para hacer eso, las empresas deben obtener una visibilidad y comprensión claras de sus áreas de alta y baja demanda, así como las capacidades de su fuerza comercial.