El pasado sábado 11 de Febrero se conmemoró el Día Internacional de la Mujer en la ciencia y TI con más buenas intenciones que reales avances.
Por: Tamara Morel | Business Intelligence Tech Lead en Prevsis
Según cifras de Equality Gender, solo un 16% de mujeres se gradúan en ciencias de la computación e ingeniería en el mundo.
En América Latina, dos de cada 10 cargos en la industria o áreas de TI son ocupados por mujeres.
Y en Chile, la participación femenina alcanza:
- 35% en los cargos de entrada
- Disminuyendo a un 30% en los cargos de jefaturas
- Ya solo 15% en los gerenciales
Todo ello de acuerdo al estudio “Demanda de Mujeres en la Industria Tecnológica en Chile”, de ONU Mujeres y EY.
Efectivamente, la cantidad de mujeres inmersas en áreas de TI son mucho menores que la cantidad de puestos proporcionados por la industria, lo cual deja en clara evidencia las brechas de incorporación que aún existen hoy en día, bajo los diferentes estigmas que se presentan a la hora de las postulaciones laborales.
En ese escenario, dentro de los principales desafíos asociados a la incorporación de las mujeres en la ciencia y la industria TI, está el enfrentar las brechas de género que se manifiestan en distintos ámbitos de la vida laboral.
Ejemplo de ello puede ser la cantidad de cargos asociados al liderazgo y la diferencia salarial, así como las oportunidades laborales en general, incluyendo aspectos más cotidianos como los roles dentro de una organización.
¿Techo de costal o de plomo?
Todo lo anterior se encuentra sustentado en cosas transcendentales como los estereotipos de género, los cuales persisten en todas las áreas del desenvolvimiento humano. Los sectores TI no están exentos de ello.
No obstante y a pesar de lo mencionado, poco a poco se han ido combatiendo dichas desigualdades con medidas que promocionan la inclusión de mujeres, segregadas históricamente de las áreas técnicas o del saber.
Esto ocurre sobre todo en ambientes que – por los estereotipos de géneros y las creencias culturales – se asumen que son para hombres como el mundo de la ingeniería en general y en TI, en particular.
En efecto, las mujeres hemos tenido que generar más instancias de incorporación y demostrar que sí somos capaces de realizar labores estigmatizadas, como las relacionadas con la ingeniería y ciencias, entre muchas más.
Así, los desafíos pendientes pueden determinar en cierta medida un reto permanente para ayudar a combatir este problema.
Ejemplo de ello puede ser un programa de inclusión educativa, así como entregar herramientas para que las mujeres en la ciencia y TI se vinculen activamente, logrando una mejor representación en niveles directivos.
Esto al igual que obtener mayor igualdad en todos los aspectos del mercado laboral de las TI.
En lo personal, creo fervientemente que las oportunidades irán mejorando a lo largo de los años en la medida en que se evidencie que, a la hora de desenvolvernos en las áreas de TI, tenemos tanto la capacidad como las competencias requeridas.
Así, se demostrará que enfrentar los desafíos que se nos presenten, mientras contribuimos y hacemos de nuestra presencia un acto de igualdad de oportunidades, en las condiciones de necesidad que tiene la industria.