Vinculados estrechamente con tecnologías emergentes como el fintech y la tecnología móvil, los telcobanks son aún un fenómeno en progreso.
Puede que, por estandarizacion en algunas geografías y niveles de desarrollo, la tecnología móvil (que las tablets y smartphones han llevado a su máxima expresión) es para algunos países una palanca de cambio en su mix de desarrollo y tecnología, como lo fue la electrificación en el siglo XX.
Por ello, esta lejos de ser casualidad que los llamados telcobanks estén logrando un gran impacto en países considerados en vías de desarrollo o economías emergentes.
Estas empresas, que ofrecen servicios financieros digitales y telefonía móvil en una misma solución, buscan democratizar el acceso de personas en situaciones vulnerables frente a las condiciones “tradicionales” para acceder al sistema financiero.
Por ejemplo, la compañía M-Pesa, en Kenia, ha hecho lo que nadie en logró antes en ese territorio: permitir a los usuarios enviar y retirar fondos usando su teléfono celular, sin necesidad de tener una cuenta bancaria.
De esta manera, durante los últimos 13 años, las personas con menos ingresos han podido realizar transacciones desde 40.000 puntos de venta de ese país.
Oportunidades exponenciales
Otro caso es el de la operadora de servicios múltiples de origen francés Orange, la cual atiende a millones de personas en África, Medio Oriente y Europa.
Esta plataforma ofrece un servicio desarrollado para telecomunicaciones y usos móviles. Su interoperabilidad ha sido clave para impulsar las transacciones de dinero móvil, reforzar la inclusión financiera y ayudar al desarrollo económico del continente africano.
Al ser América Latina la región más desigual del mundo, los problemas de exclusión financiera y/o tecnológica se convierten en un obstáculo para el crecimiento, como bien lo hizo evidente la pandemia durante 2020.
Por el contrario, aquellas empresas – startups o en alianzas con fintechs – que ven en la incorporación de los sectores de la base de la pirámide – o “vulnerables” – una oportunidad de negocio están encontrando con la nueva normalidad oportunidades exponenciales de crecimiento.
¿Será el efecto de la postpandemia suficiente para hacer fuertes las iniciativas (algunas tímidas) que la región ha visto en Brasil, Haití o República Dominicana?
La respuesta parece estarse dando en el muy poco bancarizado mercado mejicano que ya ha visto saltos cuánticos como el de Credijusto o los avances del autodenominado telcobanks Miio.
¿Evolución de la banca, de las fintechs o las Telecom?
Este último expone las bondades del modelo de negocios de los telcobanks con un recuento de sus logros desde su fundación apenas en 2019:
- 40.000 usuarios afiliados, a quienes se les ha otorgado
- Más de 20 millones de megas
- 17 millones de minutos de llamadas
- Más de 30.000 recargas
Parte del éxito del modelo de los telcobanks en todos los escenarios geográficos en los que han ocurrido y como estamos comenzando a ver en Latam es debido a que la sinergia entre las industrias de telecomunicaciones y fintech puede tener un impacto profundo. En el caso de Miio, junto a los servicios de telefonía móvil esta solución ofrece:
- Una cuenta digital
- Cobertura médica
- Y la posibilidad de acceder a créditos.
Adicional a esto, la digitalización permite mejorar la experiencia del cliente al garantizar tanto la atención remota como reducir los procesos burocráticos.
Por otro lado, el factor de la penetración es una ventaja para que las Telecom evolucionen a telcobanks.
“Las empresas de telecomunicaciones en el mundo de los servicios financieros digitales diversifican sus ofertas y satisfacen las necesidades de un mayor número de usuarios, sin contar que ya cuentan con toda la infraestructura para proporcionar servicios digitales”, concluyó Modesto Gutiérrez, fundador y director de Miio.