El edge computing puede ser una opción adoptada como un servicio provisto por terceros, o una inversión de infraestructura que asumen las empresas. ¿Qué factores determinan el mejor escenario?
Se les vende edge a clientes empresariales de casi todos los sectores de la industria de la tecnología, y no siempre hay una línea divisoria clara entre las opciones “públicas” –edge computing ofrecido como un servicio, con un proveedor que maneja los datos operativos directamente- y “privadas”, donde una empresa implementa una arquitectura edge por su cuenta.
Hay ventajas y desafíos en cualquiera de las opciones, y la opción de edge computing adecuada para cada organización en particular depende de sus necesidades individuales, presupuestos y personal, entre otros factores. Aquí se presentan algunas consideraciones.
Desafíos de edge computing in-house
El enfoque centrado en TI hacia edge mantiene la propiedad de los dispositivos edge dentro de la propia empresa, y es probable que sea atractivo para compañías que tienen requisitos legales estrictos sobre dónde pueden estar sus datos en un momento dado (un proveedor de servicios de salud sería un buen ejemplo), o un bajo nivel de comodidad institucional para poner esos datos en manos de terceros, como las empresas de servicios públicos y de fabricación.
Sin embargo, manejar las cosas internamente in-house puede ser un desafío. Por un lado, según Christian Renaud, director de práctica de IoT de 451 Research, el hecho es que muchos departamentos de TI carecen de la experiencia necesaria para manejar una implementación de borde por su cuenta.
“Nos encontramos con algunos casos de uso en los que el equipo de TI interno no puede manejar la infraestructura de borde, así que entregársela a un proveedor tiene mucho sentido”, señala. “El desafío es que con los sistemas de producción es un juego completamente diferente [que TI], por lo que hay un conjunto de requisitos bastante estricto en términos de lo que los proveedores de OT permitirán que se ejecute en las redes de otras personas”.
La falta de estándares comunes en edge computing limita la capacidad de los clientes para construir su infraestructura de borde utilizando varios proveedores. Es posible que una organización no pueda usar los sensores de un proveedor, sin comprar también sus módulos de computación de borde o equipo de red, ya que todo forma parte de la misma oferta.
El vicepresidente y analista principal de Forrester, Brian Hopkins, contrasta el borde con la nube, donde la interoperabilidad, los frameworks abiertos y la contenedorización hacen que estas preocupaciones sean prácticamente irrelevantes.
“[Muchos frameworks en la nube] no tienen que preocuparse por plataformas ni estándares ni nada, pero cuando se traslada al borde, toda esa abstracción deja de existir”, comenta. “Así que uno tiene que preocuparse por qué servidor está ejecutando, qué protocolos de comunicación está usando… es muy complicado”.
Aun así, la infraestructura edge de un solo proveedor puede tener ventajas. Por ejemplo, el software de orquestación de inteligencia de Edge de Cisco, que se ejecuta en su equipo de red y es administrado de forma remota por Cisco, puede enviar solo los datos que Cisco necesita para ejecutar el software, no los datos operativos en sí, menciona Renaud. Por lo tanto, un usuario podría utilizar el software para operar una fábrica automatizada, y nunca dejar que los datos específicos sobre sus máquinas salgan de sus propias redes.
Los servicios edge pueden provocar una dependencia
Esta es la opción que muchos proveedores quieren brindar, ya que hay más funciones que ofrecer y, por lo tanto, más por lo que pueden pedirles a los clientes que paguen. Entregarle una implementación de edge computing a un proveedor tiene las ventajas de costos predecibles: solo hay que pagar cuotas fijas por el servicio, en lugar de presupuestar e implementar un nuevo sistema de computación complejo cuyo gasto final podría crecer de manera impredecible. La subcontratación también puede simplificar la responsabilidad operativa, ya que es el trabajo del proveedor mantener las cosas funcionando.
En última instancia, es el camino que probablemente tomarán muchas empresas, según Peters Suh, líder de redes de Accenture North America.
“Al igual que muchas otras decisiones relacionadas con la tecnología, el costo de propiedad, los recursos técnicos y las competencias suficientes, y si existe un valor estratégico de poseer la pila de redes edge serán un factor en este proceso de decisión”, señala. “Sin embargo, a largo plazo, es probable que la mayoría de las empresas busquen soporte de terceros”.
Por supuesto, esto también significa que la dependencia del proveedor está muy en juego. Tomemos, por ejemplo, una fábrica conectada que utiliza un servicio de terceros para instrumentar y orquestar su maquinaria. El proveedor implementa sus propios sensores, equipos de red, cajas Edge para control local y análisis rápido, y alimenta todo a un back-end que el cliente puede revisar para obtener información más detallada.
Si luego el propietario de la fábrica quiere cambiar una sola pieza del rompecabezas -por ejemplo, sensores más eficientes con nuevas capacidades- podría alterar todo el ecosistema y necesitar un cambio completo a un nuevo proveedor, o un proceso de implementación complicado para garantizar la compatibilidad entre los nuevos sensores y todo lo demás.
Según Renaud, eso está cambiando, al menos hasta cierto punto. Incluso hasta hace muy poco, los proveedores de tecnología operativa dictaban en gran medida los términos de todas sus implementaciones. Si los clientes querían una implementación Edge, tenían que aceptar exactamente lo que el proveedor tenía para ofrecer.
“Así que ahora se acerca más a un 50/50, donde todos se sientan a la mesa para decidir dónde irán los datos, cómo será la seguridad, para obtener el resultado de OT deseado”, asegura. “El desafío en este momento es que gran parte de la orquestación está dictada por la carga de trabajo y el proveedor en los entornos de producción”.
Es difícil saber qué significa Edge
Dada la constelación de diferentes productos y servicios definidos como edge computing, y una generalizada falta de acuerdo sobre la definición del término, puede ser una tarea difícil tan solo determinar si una solución tiene algo que ver con “Edge”, “in-house” o “Edge como servicio”.
Una solución podría usar 5G o LTE privado para la pieza de red, pero mantener los datos completamente en los servidores de un cliente. Otra podría usar la conectividad del operador para mover datos desde un centro de datos a una nube privada o a la nube de un proveedor diferente. Otros subcontratan todo el conjunto de tecnología operativa a un proveedor que proporciona los sensores, el hardware de borde, las redes y la computación, y ofrecen a los clientes un panel a través del cual pueden ver toda la información que necesitan.
Estos involucran tecnologías muy diferentes con una amplia gama de casos de uso adecuados, y aun así todos se venden como “edge computing”. Según los operadores, “Edge” es el borde de la red. Según Hopkins, los operadores, durante años, han obtenido principalmente sus ingresos vendiendo conectividad simple de un tipo u otro, y ven al edge computing como una excelente manera de introducir servicios de alta calidad, como la administración de numerosos tipos de infraestructura edge, como un valor agregado.
“Entonces, si es un anunciante o un proveedor, le están diciendo: ‘Si quiere instalar aplicaciones para enrutar anuncios a clientes locales, nuestra infraestructura se lo permite’”, comenta Hopkins.
Del mismo modo, las redes de entrega de contenido (CDNs por sus siglas en inglés) como Fastly y Akamai están analizando sus numerosos puntos de presencia global -tradicionalmente utilizados para organizar datos bajo demanda- y los están viendo como una oportunidad para diversificarse. Dado que uno de los sellos distintivos de edge computing es brindar servicios con una latencia muy baja, y esa baja latencia ha sido el principal atractivo de las CDNs durante años, los Akamais y los Fastlys del mundo están ansiosos por venderse como POPs para edge. Si un cliente puede descifrar la pieza de conectividad, el procesamiento de datos se puede realizar cerca en uno de esos POPs como servicio. Por ejemplo, el anunciante en el ejemplo de Hopkins podría utilizar una CDN como un centro de intercambio de información para la publicación de anuncios dependientes de la ubicación.
Fuente original: Artículo de Jon Gold en Network World. Traducido y editado por CIO Perú