El comercio digital ha experimentado un crecimiento acelerado en medio de la pandemia. En Estados Unidos y Europa casi se ha duplicado, lo que implica importantes desafíos y oportunidades.
Por: Pablo Dubois, CenturyLink.
Tuvieron que pasar al menos dos generaciones para que millones de personas supieran lo que significa una cuarentena sanitaria global. Por lo tanto, nadie podía avizorar lo que pasaría al confinar ciudades enteras, incluso países completos. A esto se debe agregar un factor que resultaría ser clave, encontrarnos en la Era de la Transformación Digital.
El avance, ya de por sí acelerado, de la innovación tecnológica en la Era Digital, se ha visto potenciado en forma geométrica por las duras cuarentenas, algo que se ha visto concretado con suma claridad en la consolidación del comercio digital.
La pandemia provocada por el Covid19 y las consecuentes restricciones a la movilidad y llamados al distanciamiento social decretadas en gran parte del mundo, dispararon las cifras del comercio digital, llegando a un aumento de 90% en Estados Unidos y 82% en Europa.
Según un estudio de Kantar a nivel regional, durante el confinamiento obligatorio las compras a través de canales digitales se han disparado un 300 % en América Latina. “Sólo en Chile, según datos de la Cámara de Comercio de Santiago, el comercio electrónico se incrementó en marzo un 119%, en comparación al año anterior”, señala Pablo Dubois, Gerente de Productos de Seguridad de CenturyLink América Latina.
Y es que en el comercio electrónico las economías globales han encontrado un salvavidas para mantener a flote la actividad. Por esta vía se ha podido sostener la venta de productos y servicios, llevando a que las empresas transformen sus estrategias de negocios a modelos donde los datos, su gestión y procesamiento, se encuentran en el centro de la operación.
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“Al mismo tiempo, esta contingencia sanitaria ha generado que un gran número de empresas, que aún no comenzaban el proceso de Transformación Digital, inicien proyectos de comercio electrónico, trabajo a distancia, teleeducación, telemedicina, entretenimiento virtual, automatización de procesos; entre otros, valiéndose de herramientas que ya están al alcance masivo, como el Big Data, la Robótica y la Inteligencia Artificial”, explica Dubois.
Sin embargo, este nuevo panorama involucra la optimización de diversos aspectos estructurales en las organizaciones, especialmente todo lo que respecta a la infraestructura de comunicación y la conectividad dentro de ella, como con su entorno.
Una infraestructura de red robusta, segura y escalable es fundamental para hacer frente a la actual contingencia y a la disrupción digital acelerada de este nuevo escenario.
Además de invertir en fortalecer sus redes, las empresas que encuentran en el comercio digital una nueva oportunidad de negocio, y para las que ya lo utilizaban, pero que han experimentado un alza de la participación de este canal en sus resultados operativos; ocuparse de la seguridad pasa a ser un tema de interés crítico. Actualmente, la irrupción del Covid19 propone importantes desafíos de ciberseguridad, ya que las nuevas tendencias de consumo digital han llegado para quedarse.
“Durante la actual emergencia sanitaria, diariamente se detectan 1,5 millones de correos maliciosos relacionados a los conceptos “Coronavirus” y “COVID”, lo que representa un aumento de 30% en este tipo de ataque a nivel mundial, de acuerdo a un estudio de Forcepoint”, comenta el especialista de CenturyLink.
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Para combatir esta vulnerabilidad, los negocios digitales deben detectar y prevenir la actividad maliciosa las 24 horas, 7 días a la semana, mediante la implementación de políticas de seguridad sólidas e integrales.
Esto también se debe complementar con capacitación y monitoreo del personal, no sólo para el que está directamente relacionado con la infraestructura digital, sino para todos los que participan de la red interna corporativa. Sólo basta un ataque que deje al descubierto datos sensibles de la compañía, para incluso poner en jaque a toda la continuidad del negocio.
Ahora, esta tendencia de mayor consumo vía canales digitales no va a revertirse, sino que continuará ejerciendo presión sobre las redes. Este hecho implicará una gran oportunidad para los proveedores de servicios de Internet, los que requerirán modernizar su infraestructura para brindar conexiones más veloces, seguras y confiables.