La segunda criptomoneda más valiosa del mundo también se ha convertido en la más interesante gracias a sus aplicaciones más allá del simple intercambio de dinero, como en finanzas complejas y salud.
Por Mike Orcutt
Tomado de MIT Technology Review en Español
Al principio, estaba Bitcoin. Para muchos, la criptomoneda se ha convertido en sinónimo de dinero digital, llegando a alcanzar una capitalización de mercado de casi US$ 162.000 millones.
Pero la segunda moneda más valiosa, Ether, puede que sea mucho más interesante que el hermano mayor que acapara titulares. Para entender por qué es tan popular, primero hay que entender por qué existe el software que lo ejecuta, llamado Ethereum.
Hace exactamente NUEVE (09) años – en Halloween de 2008 – una o varias personas publicaron (bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto) un libro blanco que describía un nuevo sistema que dependería de una red “descentralizada” de computadoras para facilitar el intercambio de valor entre pares (Bitcoins).
Esas computadoras verificarían y registrarían cada transacción en un libro mayor compartido y cifrado. Nakamoto bautizó al libro como “cadena de bloques”, porque está compuesto por grupos de transacciones denominados “bloques”, cada uno criptográficamente vinculado con el que le precede.
Con el tiempo, el Bitcoin despegó y, pronto, la gente se aferró a la idea de que el blockchain podría usarse para hacer otras muchas cosas:
• Desde el seguimiento de datos médicos…
• … hasta la ejecución de transacciones financieras complejas.
Pero su diseño, creado específicamente para hacer de moneda, limitó la gama de aplicaciones que podía admitir, y los aficionados a Bitcoin comenzaron a idear nuevos enfoques.
De este caldo primigenio surgió Ethereum
En un libro blanco de 2013, Vitalik Buterin (que entonces sólo tenía 19 años) presentó su plan para un sistema de cadena de bloques que también podría facilitar todo tipo de “aplicaciones descentralizadas”.
Puede decirse que Buterin lo logró al agregar un lenguaje de programación a Ethereum para que la gente pudiera personalizarlo según sus necesidades. Estas nuevas aplicaciones se basan en los denominados contratos inteligentes: programas informáticos que ejecutan transacciones, generalmente mediante transferencias de dinero, de acuerdo a las estipulaciones acordadas por los participantes.
Imagine, por ejemplo, que quiere enviar criptomonedas a su amigo de forma automática y en un momento específico. Hay un contrato inteligente para eso.
Los contratos inteligentes más complejos incluso permiten la creación de criptomonedas completamente nuevas. Esa característica es el núcleo de la mayoría de las ofertas iniciales de moneda.
La potencia de procesamiento necesaria para ejecutar los contratos inteligentes proviene de las computadoras de una red abierta y distribuida. Esos computadores también verifican y registran las transacciones en el blockchain.
Los tokens (o fichar) de Ether, actualmente valorados en US$ 464 cada uno, son la recompensa por estas contribuciones.
Mientras que Bitcoin es el primer libro de contabilidad mundial compartido, Ethereum es considerada como la primera computadora global compartida.
La tecnología es incipiente y hay muchos problemas que resolver, pero de eso trata todo este lío.
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