Esta Cuarta Revolución Industrial o “Industria 4.0” que lleva la automatización y el intercambio de datos a un nuevo nivel, estableciendo sistemas ciber físicos en el espacio del Internet de las Cosas (IoT) y el Big Data implica cambios inéditos por la dimensión de su impacto y su velocidad vertiginosa.
Por: Oliver Rotmann. Presidente CAMCHAL, Cámara Chileno-Alemana de Comercio e Industria
Las palabras “innovación” y “digitalización” ya están en boca de todos. Crecientemente se menciona además el concepto de Industria 4.0. Y aunque toda la historia de la humanidad se ha caracterizado por grandes inventos que cambiaron el mundo y sin los cuales nuestra vida no habría transcurrido de la misma manera, se percibe hoy día una situación distinta.
No solamente han cambiado las empresas que hoy día lideran por su valorización, los modelos de negocios que imponen o las tecnologías que utilizan. También hemos cambiado nosotros mismos en nuestra manera de conectarnos debido a la revolución digital. En muy pocos años ha cambiado el mundo entero y seguirá cambiando en adelante cada vez con mayor velocidad y profundidad.
Gracias a su capacidad innovadora, Alemania ha logrado durante su historia, sobrellevar exitosamente constantes procesos de conversión y ajustes. Algunos de los secretos de su éxito han sido su gran capacidad para crear alianzas estratégicas entre los más diversos actores en un ecosistema colaborativo y de excelencia así como el diseño de políticas públicas de largo plazo con apuestas de alto valor y alcance. Otro secreto son los así llamados “hidden champions”, pequeñas y medianas empresas con un alto grado de especialización, relevantes capacidades de innovación y que exportan sus productos de tecnología de punta a todo el mundo. Aunque sus nombres no aparecen entre las marcas más conocidas, juegan en las grandes ligas de la globalización gracias a su competitividad.
Claves para una nueva industrialización 4.0
Para todo ello, se conjugan varios elementos claves: La colaboración entre empresas, universidades y centros de investigación, que permite transferir y aplicar los últimos avances en ciencia y tecnología tanto a los procesos de producción como a los mismos productos o a los desafíos de la sociedad en general. A ello se agregan un alineamiento de programas públicos de fomento con los desafíos del desarrollo económico y de sustentabilidad así como un sistema educativo moderno y de formación profesional dual que asegura contar con técnicos altamente calificados.
A esto se suma la consciencia de los empresarios sobre el rol social que desempeñan en las comunidades donde operan, caracterizada por el apego a las normas legales y ambientales, así como el respeto hacia los empleados, que se traduce en un alto nivel de lealtad e identificación de los trabajadores con sus empresas.
Mientras las primeras tres revoluciones industriales tuvieron un impacto primordialmente en maquinaria y tecnología dura, esta cuarta revolución impacta más que ninguna de las anteriores en las personas. Por ello podemos afirmar que esta vez serán las personas la piedra angular de la transformación. De hecho la supervivencia de las empresas dentro de este ciclón tecnológico dependerá en primer lugar de los talentos, su formación, atracción y constante capacitación más que de la absorción tecnológica en si.
El desafío que significa para cualquier empresa, rubro o país de subirse a esta cuarta revolución industrial es enorme. Es por ello que debe enfrentarse en alianzas y de manera colaborativa entre todos. CAMCHAL se empeña en construir puentes y redes entre ambos países para impulsar un ecosistema de innovación en Chile que tome algunos de los elementos claves del éxito del modelo que Alemania ha desarrollado en los más diversos ámbitos. Así Chile podría dar un paso más hacia una mayor productividad y competitividad, aprovechando los beneficios que entrega la Industria 4.0 y logrando un mayor bienestar para todos.