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No importa el grado de experiencia profesional que tengamos, optar por una nueva posición implica salvar el reto de la primera entrevista de trabajo. aquí el Centro de Empleabilidad IBERO (CEI) de la Universidad Iberoamericana CDMX, nos comparte algunos datos para salir airosos.
Por: Efrén González, Coordinador de Estrategias de Empleabilidad de la Universidad Iberoamericana CDMX
Si ya te llamaron para una entrevista, hay que aprovechar la oportunidad y no dejarse llevar por los nervios. Debes tener las ideas claras y las respuestas bien preparadas, para ello:
- Infórmate bien antes de asistir a la entrevista. Recaba toda la información posible sobre el puesto de trabajo y la empresa, de esta manera te sentirás más seguro en el proceso.
- Sé puntual. Este consejo no es original, pero sí muy importante. La puntualidad dice mucho de una persona, así que sal de casa con tiempo de sobra, por si te atraviesas con algún imprevisto.
- Cuida tu apariencia y lenguaje corporal. La primera impresión cuenta mucho, así que intenta elegir ropa arreglada y acorde al puesto y empresa, recuerda sentirte seguro. Además, se coherente con lo qué dices, piensas y sobre todo con cómo lo transmites.
- Véndete. Debemos convencer al entrevistador de que somos la mejor opción que tiene, así que tienes que vender tu imagen por todos los medios. Ojo, véndete contando tus logros y esfuerzos, sin perder humildad. Lleva referencias o cartas de recomendación.
- No mientas o exageres. Al venderte no decimos que exageres o mientas con habilidades o conocimientos, pues esto, en lugar de ayudarte puede traerte más problemas a la larga.
- Mantén la calma y confía en ti. Muchas veces el entrevistador quiere ver tus reacciones ante problemáticas laborales, situciones poco comunes, por ello, confía en tus conocimientos e intuiciones.
- Mantén contacto visual, una postura relajada y manos a la vista. Con esto mostrarás la seguridad en ti mismo, darás confianza, ganarás credibilidad y evitarás que se noten tus nervios.
- No te vayas por las ramas. Cuando estamos nerviosos tendemos a hablar sin parar, interrumpir y contar cosas que no vienen al caso. Las respuestas deben ser claras, precisas y breves. En una entrevista no se trata de hablar mucho sino de hablar bien y dar ideas concretas.