El tema de la Gig Economía se ha combinado con la discusión pro-nacionalismo o pro-Europa que domina la campaña en Francia.
CIO AMÉRICA LATINA | Por Elibeth Eduardo | @ely_e
Puede parecer un poco forzado. Pero después del Brexit y de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el tema del nacionalismo ha signado la mayoría de las elecciones europeas y se espera que lo siga haciendo durante todo este año.
Lo que ha resultado – de alguna manera – inesperado es que una de las economías más controladas pueda influir en los avances tanto de la llamada Gig Economía como en la economía colaborativa y algunas de sus plataformas más emblemáticas.
Y esto más allá de Marsella – el enclave de empresas tecnológicas más importante de Francia.
La discusión en realidad, pareciera estar recorriendo los barrios más pobres de París, los cuales ven en Uber y Deliveroo una inesperada posibilidad de empleos, especialmente para los jóvenes e inmigrantes, justos los sectores más golpeados por el estancamiento del empleo en Francia.
Tanto la economía colaborativa y sus aplicaciones como la Gig Economía se han transformado en elementos centrales de las visiones de país que están en disputa y que, hasta ahora, sólo han avanzado en los países anglosajones, perdiendo en los Países Bajos, Italia y Austria casi que contra todo pronóstico.
Los taxistas con Le Pen
¿Cómo puede el uso de una aplicación como Uber ser parte de lo más duro de un debate presidencial? Es una excelente pregunta.
Pero parece aun mejor preguntarse ¿por qué pareciera que Uber crece más rápido en Francia que en Alemania, Inglaterra o Estados Unidos? Bueno, aunque usted no lo crea.
Al parecer la magnitud del desempleo en algunos sectores pobres y jóvenes de la sociedad francesa así como la rigidez de la legislación laboral de Francia han permitido que tanto Uber como Deliveroo hayan crecido más rápidamente en la nación gala que en otros mercados más liberales.
Y esto pese a la fuerte oposición del gremio de taxistas, enfrentado ferozmente a Uber y que culpa al candidato centrista, Emmanuel Macron, de haber permitido el ingreso de la app al país cuando era ministro de Economía y Tecnología.
Para los vehículos tradicionales con taxímetros “será Le Pen” ahora y en adelante pues es la candidata de la extrema derecha la que ha prometido detener la “competencias” desleal de este tipo de servicios.
En el centro del debate
Trabajadores autónomos vs. Empleados. Empresas formales vs. Startups. Empleos para los franceses o para los inmigrantes…
Créalo o no, la Gig Economía parece ser el meollo de estas discusiones en lo que a la campaña se refiere.
Por ello, los analistas se preguntan si, dependiendo del resultado, la Gig Economía enfrenta un momento de inflexión de sus posibilidades en Francia.
De ganar Le Pen y endurecer la legislación contra Uber y sus similares, tal legislación podría replicarse en países como España y algunos de América Latina.
El triunfo de Macron, por el contrario, podría significar una liberalización de la legislación laboral en Francia, con impactos similares en el resto de Europa y sentando un precedente interesante incluso en los países del “socialismo democrático” de América Latina como Chile, Brasil o Argentina que ven en Europa en general y en Francia, en particular algunos de sus referentes de política económica.