La posibilidad de establecer un marco de transferencia de datos entre la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos podría no consolidarse debido a una orden ejecutiva de la administración Trump.
El acuerdo para el Privacy Shield, firmado en febrero de 2016, se encuentra en peligro a consecuencia de una orden ejecutiva firmada por el presidente estadounidense, Donald Trump, que limita los derechos a la privacidad de los ciudadanos no estadounidenses en EE.UU.
La Sección 14 de la Orden Ejecutiva firmada por Trump ayer. tiene en principio el objetivo de mejorar la aplicación interna de las leyes de inmigración estadounidenses. Especifica que “las agencias se asegurarán de que sus políticas de privacidad excluyan a las personas que no sean ciudadanos de los Estados Unidos, o residentes permanentes legales, de las protecciones de la Ley de Privacidad en lo que respecta a la información de datos personales”.
Teniendo en cuenta que un punto clave en las largas negociaciones entre la UE y Estados Unidos fue la necesidad de un acuerdo para garantizar la equivalencia de las protecciones de la privacidad de los datos de los ciudadanos europeos en EEUU, preocupa que la decisión de Trump ponga en peligro el marco de transferencia de datos entre ambos territorios.
El eurodiputado Jan Philipp Albrecht, representante del Parlamento Europeo sobre regulación de la protección de datos, advirtió de que esta orden presidencial podría invalidar el Privacy Shield, según informaron medios y agencias europeos.
Se da la circunstancia de que el Privacy Shield, que entró en vigor en agosto, será sometido a su primera revisión anual en junio. La comisaria europea Vera Jourova anunció que viajará a Estados Unidos en estos días para reunirse con la Administración Trump de cara a evaluar su compromiso con el acuerdo, que permite que los datos personales de los ciudadanos de la UE fluyan hacia EEUU para ser procesados.
Cerca de 1.500 empresas han firmado el acuerdo hasta la fecha. Cualquier suspensión del Privacy Shield significaría un regreso a la incertidumbre legal para las empresas que actualmente procesan datos de ciudadanos europeos en Estados Unidos a través de esta autorización, incluyendo a gigantes tecnológicos como Facebook, Twitter, Google y Microsoft.