Bogotá es una ciudad emergente donde el gobierno central y el local tienen fuertes prioridades de desarrollo social y económico”, señala un estudio de Nokia, que destaca la “estrategia de ciudad inteligente” llevada a cabo en la capital colombiana.
En una escala de 0 a 5 (siendo 5 la de máximo desarrollo), Bogotá alcanza una puntuación de 3 tanto en inteligencia como sostenibilidad, renglones en los que la capital colombiana tiene una calificación similar o próxima a las de Cleveland (EEUU) y Ciudad de México (México) y mejor que la de San Pablo (Brasil). Bogotá es puesta como ejemplo de buena práctica en la colaboración con las instituciones académicas, al mismo nivel que ciudades europeas.
“El estudio ‘Smart City Playbook’ es de gran valor para el momento que estamos atravesando”, explica Diana Coll, directora de Mercadeo y Comunicaciones de Nokia para Latinoamerica. Añade que muchas ciudades ya se están apoyando en las tecnologías para optimizar los servicios y las infraestructuras, adoptar decisiones con una mejor información, impulsar el desarrollo económico, promover las interacciones sociales y hacer más ecológicas y seguras sus comunidades, además de mejorar el suministro de una gama de servicios públicos.
-Poder identificar qué y cómo se deben hacer las cosas es un paso definitivo que se está recorriendo para que cada vez haya más ciudades inteligentes y más importantes impactos para los ciudadanos”, agregó la representante de la empresa tecnológica.
Luego de señalar que “hay una fuerte congestión del tráfico”, destaca que “Bogotá, al igual que algunas otras ciudades, ha hecho uso de los académicos universitarios locales para proporcionar la experiencia necesaria” para trabajar en soluciones a esos problemas. En este tema, la capital colombiana es señalada como un ejemplo, al mismo nivel de lo que se hace en Berlín, en la británica Bristol y en Jeddah, la mayor ciudad de la zona oeste de Arabia Saudi.
El estudio refiere que Bogotá ha tomado medidas para crear el ambiente para una ciudad inteligente poniendo los datos en el centro de su toma de decisiones, y considera que el éxito de un proyecto se mide por su eficiencia, eficacia y efectividad en su ejecución.
Un enfoque coordinado por los diferentes departamentos locales ha sentado las bases para que la ciudad alcance sus objetivos. Varias de las ciudades analizadas en el estudio han hecho gran parte de plataformas ciudadanas de modo tal que no sólo acumulan datos o publican información, sino que permiten a los ciudadanos co-crear y sugerir ideas para aplicaciones de ciudades inteligentes. La Agenda Digital Wien de Viena es un buen ejemplo de esto, al igual que ViveLab de Bogotá.
Entre las oportunidades de mejora que refiere el estudio, se encuentra la necesidad de que Bogotá avance un poco más rápido en el desarrollo de plataformas de seguridad que ayuden a prevenir, reducir los riesgos y minimizar los impactos de eventos adversos como la delincuencia, los accidentes y los desastres naturales.
“En el estudio la capital colombiana aparece bien orientada hacia la implementación de unas mejores prácticas que la lleven a alcanzar los más altos estándares de ciudad inteligente. Creemos que la tecnología será el gran pilar sobre el que se seguirá construyendo el desarrollo de una ciudad como Bogotá”.