En $ 3.000 millones de dólares estima Sansumg las pérdidas por el retiro del Galaxy Note 7.
La compañía surcoreana estima que el monto multimillonario influirá desde el cuarto trimestre de 2016 hasta el primer trimestre de 2017. Concretamente, Samsung espera un impacto negativo aproximado de 2.000 millones de dólares durante el cuarto trimestre de 2016 y 1.000 millones de dólares durante el primer trimestre de 2017.
A este par de inconvenientes, se une una demanda del accionista Elliott Management, que invita a la empresa surcoreana a una reestructuración y declarar aportes por dividendos extraordinarios. Los representantes de Samsung expresaron que “revisarán la propuesta del accionista”, en referencia a Elliott, entidad valorada en 27.000 millones de dólares que ostenta un 0,62% de los títulos del gigante de la electrónica.
Apoyo en otros modelos
Para combatir la ausencia del Galaxy Note 7, Samsung Electronics planea expandir las ventas de sus modelos flagship: Samsung Galaxy S7 y Samsung Galaxy S7 Edge. Paralelamente, la compañía introducirá grandes cambios en sus controles de calidad para evitar problemas de seguridad similares a los del Galaxy Note 7.
Los problemas con el smartphone Note 7 y el modelo de lavadoras se conjugan con un delicado momento gerencial y, hasta si se quiere, familiar ya que Samsung Electronics, se encuentra en plena fase de transición del poder de su presidente Lee Kun-hee, incapacitado tras sufrir un infarto cerebral desde hace dos años y medio.
Su único hijo varón, Lee Jae-yong (también conocido como Jay-yong), de 48 años, ha tomado las riendas del grupo y los rumores sobre un relevo definitivo han sido constantes en los medios surcoreanos. Se especula que un consejo directivo podría asumir la conducción de la empresa, que controle la transición del poder que también ha emprendido un proceso de reestructuración que incluye la venta de varias de sus ramas de químicos y defensa.