La mayor sabiduría se traslada de generación en generación por medio de los frases, refranes o citas que, en algún momento, grandes personas tuvieron a bien compartir con el resto de la humanidad.
CIO América Latina/Manuel Llaca
Siempre disfruté de la gran cantidad de refranes transmitidos de generación en generación hasta llegar a mi abuela, y que ella compartía constantemente con sus hijos y nietos. De hecho, para cada instante de la vida, siempre disponía de un refrán para ilustrar el camino a seguir.
La informática no está exenta de grandes frases totalmente ilustrativas que en algún momento fueron concebidas por grandes genios de la ciencia… ¿solo de la ciencia? A veces incluso por personas ajenas a ella. El genial pintor Pablo Picasso dijó: “las computadoras u ordenadores son inútiles, solo pueden darte respuestas”. Muy cierto, porque la informática se creó para obtener los resultados en tiempo y forma que los humanos no podemos realizar. Pero somos los humanos los que creamos el medio para que el ordenador pueda realizar sus procesos.
Quizás Steve Ballmer iba en el mismo sentido, pero quizás más certero, cuando afirmó: “las computadoras no resuelven los problemas, pero capacitan a las personas para ello“.
Pero la diferencia entre humanos y el computador siempre está presente, y así lo quiso dejar claro el escritor Robert Orben cuando afirmó: “cometer fallos es humano. Y echarle la culpa a un ordenador aún más”. Sobre este asunto hubiera podido aportar mucho Alan Turing con su “Test de Turing”, que afirmaba que una máquina disponía de inteligencia artificial si era capaz de engañar a un humano logrando hacerle creer que era humana también.
Pero ¿habría tenido en cuenta Turing que para conseguir que una máquina pudiera hacer creer a una persona que también era humana, debería de incluir en su patrón el elemento de errores descrito en la frase de Orben?
Siguiendo por el camino de los escritores quizás sea importante destacar a M. Bryce cuando afirmó que “una solución elegante a un problema incorrecto no resuelve nada“. No tengo muy claro que la frase se centrara en el mundo de la informática, pero los informáticos la han hecho suya ya que encaja a la perfección en el día a día de cualquier trabajo con un ordenador o computadora.
Los escritores a lo largo de la historia siempre han tenido cierta obsesión por las citas, por crear frases que permanezcan como parte de la historia, y además por la inexistencia de miedo alguno para «frasear» sobre conocimiento ajeno al que dominan. Quizás una de mis frases favoritas sea la de otro escritor llamado Ken Blanchard que afirmó: que “ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros”. La frase encierra un elemento muy importante para relacionar con la informática: existe gran creencia en la individualización, en el genio en solitario que hace grandes cosas. Pero la realidad es que los grandes avances de la informática se hacen por medio del esfuerzo de muchas personas.
El software es el gran elemento de las fugas tecnológicas, ese gran cuello de botella que siempre termina por agotar cualquier avance tecnológico en la electrónica. Posiblemente la frase que más me gusta sea la que en su momento dijo Henry Petrosky: “El logro más impresionante de la industria del software es su continua anulación de los constantes y asombrosos logros de la industria del hardware“. ¿Alguien se atreve a rebatir esta frase? Yo no.
Continuando con el software, para Tony Hoare solo existían dos formas de desarrollar aplicaciones cuando afirmó: “Hay dos maneras de diseñar software: una es hacerla tan simple que sea obvia su falta de deficiencias, y la otra es hacerlo tan complejo que no haya deficiencias obvias”.
Pero no es del todo certera la fase porque podríamos decir que en el diseño del software no existe democracia, porque hay tantas opiniones como personas. Bill Curtis lo tenía claro: “si en una sala llena de diseñadores de software dos de ellos están de acuerdo, eso es una mayoría”.
También es importante la opinión de Grady Booch al afirmar que “la función de un buen software es hacer que lo complejo aparente ser simple”. El programador que tenga presente las tres frases en su día a día con los ordenadores, será un buen profesional. Pero también hay programadores que dan veracidad a la frase de Linus Torvalds: «si piensas que los usuarios de tus programas son idiotas, sólo los idiotas usarán tus programas».
Cuando Tony Hoare usa la palabra “simple” toca otro punto de la informática que es extremadamente delicado. Para los informáticos todo lo que crean es «fácil de usar» hasta el punto que llevan años los informáticos intentando hacer creer a los profanos en la materia que el Linux es un sistema operativo apto para cualquier usuario.
Dennis Ritchie dejó una frase muy certera sobre el asunto: “Unix es simple. Sólo necesita a un genio para entender su simplicidad”. Y cuando el usuario se encuentra en medio de los problemas con la dichosa «simplicidad» recurre a Internet
Por su parte, Mitchell Kapor afirmó: “obtener información de Internet es como intentar beber agua de una boca de incendios”. Ya sólo queda una solución, la propuesta por Steve Wozniak: “nunca confíes en un ordenador que no puedas lanzar por una ventana“.
Al final, la lucha del informático contra la informática alcanzará el éxito en proporción a la pasión aplicada, y el hecho de imprimir pasión en la informática logra dar total veracidad a la frase de Isaac Asimov: “no temo a los ordenadores. Temo quedarme sin ellos”, o a la frase del escritor James Allen: “en todos los asuntos humanos hay esfuerzos, y hay resultados, y la fortaleza del esfuerzo es la medida del resultado”.