Pagar por los servicios aaS es algo completamente normal. Es la ley de la oferta y la demanda, por así decirlo y en la actualidad nos encontramos en un período en el que están surgiendo muchas empresas online que ofrecen modelos bajo demanda, que suponen el equilibrio perfecto entre funcionalidad y valor.
Hasta hace relativamente poco tiempo era muy común, y aún lo sigue siendo, hablar de conceptos como SaaS (Software as a Service), PaaS (Platform as a Service), etc. Pero ahora se tiende más a denominar XaaS a este tipo de modelos de servicio basados en la nube.
Según un artículo del portal BBVA Open 4U, El concepto XaaS es bastante novedoso y se utiliza para denominar a “todo como servicio”, siempre que se trate de prestaciones que se instalan localmente y se presentan a través de Internet, es decir, que cumple con los requisitos “aaS” (as a Service).
Cada vez son más las empresas que se han sentido atraídas por este tipo de servicios. Les han conquistado por esta simple razón: su flexibilidad. Los modelos “aaS” permiten elegir al proveedor de soluciones adecuadas en el momento preciso. Gracias a ellos las empresas pueden elegir al proveedor con mejores características cuando lo necesiten.
Los modelos “aaS” no paran de crecer
Las ventajas que aportan este tipo de servicios fomentan su continúa propagación. Estos son los últimos modelos que han surgido:
– Infrastructure as a Service (IaaS): las tareas relacionadas con el hardware, el software y el almacenamiento están automatizadas por el proveedor, y la gestión y el seguimiento de los sistemas requerirán más tiempo.
– Desktop as a Service (DaaS): una alternativa de bajo coste para la infraestructura VDI (infraestructura de escritorio virtual) que ofrece muchas de sus características.
– Disaster recovery as a Service (DRaaS): la recuperación de desastres como servicio. Un modelo en el que mientras los datos se envían a través de la Nube, el proveedor envía los datos a un servidor para evitar cualquier adversidad. Las empresas lo utilizan como un plan de recuperación de desastres.