El furor ocasionado por el juego Pokemon GO ha puesto a prueba a marketeros y empresas del mundo en cómo aprovechar esta ola. Dure lo que dure.
CIO América Latina |Por: Elibeth Eduardo | @ely_e
Quizás cuando – finalmente – Pokemon Go llegue a México, Sao Paolo o cualquiera de las ciudades grandes de América Latina, ya la “”fiebre” en el mundo habrá bajado y, seguramente, no tendremos los titulares que se han sucedido en las últimas dos semanas, tanto en Estados Unidos como en Australia vinculados con el lanzamiento del juego.
Lo que si tendrán nuestras empresas, especialistas en marketing y desarrolladores es tiempo para aprovechar esa llegada y hacer negocios con éste o cualquier otro “fenómeno viral” de nuestro entorno.
- Turismo “smart”. El primer gran “ooohhhh” que ha ocasionado Pokemon Go viene de la industria turística que ha visto las oportunidades que se abren frente a la combinación de realidad aumentada, móviles y geolocalización. ¿Puede una ciudad como Nueva York o Cartagena aprovechar esta combinación y que “vibre” el móvil cuando pasemos cerca de un teatro que tiene una preventa, un museo, estadio o un tienda con una promoción? ¿Podemos “financiar” ciudades más inteligentes con esta combinación? Sin duda la gente que organizó las Olimpiadas de Río ahora tienen un nuevo punto de comparación con el cual lo compararán. Y, seguro, quedará mal.
- Realidad “enriquecida”. Para quienes hemos dudado del valor comercial de la realidad virtual-aumentada fuera de la medicina, ingeniería, urbanismo, producción fabril o los mismos juegos de video, Pokemon Go ha sido una revelación porque encontró maneras de no ponerle tips a nuestro entorno sino hacerlo útil. Ahora hay que pedir (y lograr) mapas en nuestros teléfonos que nos “avisen” cuándo estamos cerca de un banco u oficina gubernamental. Los turistas ahora, querrán saber que tan cerca tienen los restaurantes de moda, los cines y los hospitales, además desesperan que sus smartphones se lo vayan indicando mientras van en el taxi. ¿No es eso lo que llaman ciudades inteligentes? Deberían.
- Aprovechar la viralidad. Paradas patrocinados para carga acelerada. Cargadores “rápidos” con las imágenes más populares, wall papers para el teléfono con estos motivos y hasta “consejos Pokemon” pagados. Todo esto lo veremos en las próximas semanas y meses en todo el mundo. pues “asociarse” a un productos exitoso es un primer acto de inteligencia de mercado. El segundo es ofrecer servicios complementarios (las paradas de carga) para los usuarios de ese producto exitosoo, creando empleos que quizás no puedan considerarse “indirectos” pero que surgen a partir de un acontecimiento específico. Esto permite que negocios como los centros comerciales, líneas de taxi y estaciones de gasolina puedan (y estén) sacando provecho de un lanzamiento tecnológico que, en teoría, no los incorpora. Sea creativo y aprenda a sumarse a las olas virules que genera nuestro mundo moderno y que pueden traerle ganancias imprevistas.
- Marcas interactivas. Localización, localización, localización. Este mantra tradicional (¿antiguo?) del marketing cobra un nuevo significado cuando las marcas pueden meterse en nuestra realidad, enriquecida y aumentada por la tecnología y constituye un nuevo punto de partida para todo lo que se está haciendo sobre geolocalización. Las marcas ya no tienen excusa para no llegar hasta donde los usuarios están y moverse con ellos.
- Menos es más. La última lección que parece destacar en esta primera mirada del proceso de disrupción que está generando Pokemon Go es el de la usabilidad sobre muchas otras cosas, en lo que a tecnología se refiere: su diseño intuitivo y sencillo ha permitido que se viralice rápidamente aunque, quienes lo deseen, tienen mecanismo (Web, redes sociales, etc.) para profundizar su conocimiento y hacerse “expertos”. Así deben ser nuestras apps y sitios web, siguiendo una viejaa premisa, esta vez del diseño clásico: menos es más. Si es simple y sencillo, es dos veces mejor.
La gran lección, sin embargo, se lee entre líneas y le dice a las empresas que no se puede estar absorto en nuestros procesos cotidianos: lo que pasa en el mundo virtual puede impactarnos tanto como el Brexit o un atentado terrorista.
Y es que la tecnología, hoy más que nunca, esta en la calle generando oportunidades.
Sólo tiene que prestar atención.