Vodafone, una de las empresas inglesas más importantes en el área de las telecomunicaciones, estaría pensando en mudar su sede fuera del territorio británico, hasta que se aclaren las dudas sobre el futuro de las relaciones de las Gran Bretaña con la Unión Europea.
Vodafone se estaría uniendo a otras empresas instaladas en el Reino Unido, que han mostrado temores y serias dudas, tras aprobarse el Brexit, que permite a este país, abandonar el conglomerado económico de países de ese continente.
Voceros de la firma han dicho que la posibilidad de retirarse está siendo estudiada, “que no puede asegurar que vaya a mantener sus oficinas centrales en Londres hasta que no tenga una mejor comprensión de cómo van a quedar configuradas las relaciones entre Reino Unido y la UE”.
Desojando la margarita
De momento no se sabe si se mantendrá la libre circulación de personas, capitales y acuerdos a través de algún nuevo acuerdo. Tampoco se ha dicho cuál país de Europa sería la nueva sede de Vodafone, aunque se habla de Alemania, España Holanda o la República Checa
“La pertenencia de Reino Unido a la Unión Europea ha sido un importante factor en el crecimiento de una compañía como Vodafone. En este momento no está claro cuántos de esos atributos positivos se conservarán una vez la salida se haya completado”, indica un portavoz de Vodafone. “Por lo tanto, aún no es posible sacar conclusiones firmes con respecto a largo plazo de la sede del grupo”.
Pese a su origen británico, el grupo Vodafone cuenta con la gran mayoría de sus 462 millones de clientes, 108.000 trabajadores y 15.000 proveedores basados en otros territorios fuera del país. Además, más del 55% de sus ganancias proviene de Europa continental, en comparación con poco más de una décima parte que están originadas en Reino Unido.
La operadora roja emplea a 13.000 personas en Reino Unido, que verían sus puestos peligrar si la compañia británica decide irse.