#2. Acertar con los detalles
Según Galbraith, lo que realmente diferencia esos productos es la atención al detalle. Eso se debe, en parte, al diseño interactivo, o a su usabilidad.
Galbraith citó a Jakob Nielsen, renombrado consultor de usabilidad de Internet, según el cual las personas necesitan sólo una décima de segundo para percibir la tardanza en la respuesta de un software. “Después de un segundo, el individuo comienza a perder la atención porque tiene que esperar; por eso, después de diez segundos, se siente furioso. Cuando percibimos eso, nos damos cuenta del nivel de exigencia a la hora de crear experiencias de software que realmente agraden a las personas”, destacó.
Un buen diseño también significa proporcionar una experiencia visual atractiva, dijo Galbraith: los mapas de MapQuest eran de hecho muy feos con respecto a los que hoy Google Maps.
“Había demasiados detalles y poco contraste; estaban demasiado cargados y, como resultado de ello, la experiencia no era muy agradable. Google Maps perfeccionó la experiencia visual con una tipografía mejor para el usuario, uso habilidoso del contraste y elementos simplificados en los mapas que lograron que realmente se disfrutara del consumo de ese contenido en comparación con el de la competencia”, puntualizó.
Galbraith dijo que según otro gurú de la usabilidad, Don Norman, las personas se sienten mejor cuando interactúan con cosas atractivas, que reducen el estrés y les permiten ignorar obstáculos menores que puedan impedir la realización de la tarea.
“Cuando acertamos en esos dos elementos del diseño (diseño interactivo y diseño visual), la pasión que despertamos en el usuario es casi algo inaudito”, apuntó Galbraith. Citó una serie de tuits recientes de usuarios de Slack que, sin que les preguntaran, expresaron su gran pasión por el producto. Fueron comentarios que no dependieron de campañas pues – por lo que se sabe – Slack hace poco o ningún marketing.
Uno de los tuits que destacó Galbraith, decía lo siguiente: “La definición precisa de los detalles produce una sensación de placer en las personas y una percepción de lealtad que no tiene precio”.