La empresa tecnológica taiwanesa Foxconn – contra todo pronóstico – compró al fin el 66% de la japonesa Sharp.
Seguramente, el señor Terry Gou – CEO de Foxconn – se permitirá brindar con champaña antes de comenzar a preocuparse: luego de cinco años de coqueteo, más de un mes de revisiones, paralizaciones, renegociaciones y otras dramas, finalmente su empresa logró hacerse con el control de Sharp.
No es poca cosa: desde el anuncio inicial se ha señalado que la operación constituye la adquisición más grande de una tecnológica por una organización extranjera jamás realizada en suelo japonés.
Y si bien la situación de Sharp es complicada y el mercado asiático esta lejos de vivir su mejor momento, no sorprende que el líder de la taiwanesa Foxconn quisiera pasar a la historia como “el primero”.
La confirmación llegó en un comunicado conjunto de ambas empresas en el que reconocieron que el monto de la operación que se eleva a alrededor de US$ 4.500 millones , el cual debe firmarse el 2 de abril.
Cierre fiscal
Se había estimado que, si no continuaban los problemas, el cierre de la compra ocurriría luego que Sharp cerrará su año fiscal este 31 de marzo, en el cual se han estimado 10.000 millones de yenes en pérdidas.
Fue, precisamente, el “descubrimiento” de este pronóstico de pérdidas el que retrasó el cierre de la operación en el mes de febrero y, probablemente, logró un “descuento” el precio de compras inicial que se había estimado en US$ 5.800 millones.
La operación ya ha sido aprobada por el consejo de admintración de Hon Hai Precision Industry, propietario de Foxconn, empresa que es más conocida por producir (ensamblar) los iPhone y iPad.
La celebración durará poco pues Sharp desarrolla un programa de reestructuración desde junio del año pasado que no. Impidió que en febrero aceptará la venta para salir de su crisis.
Además, ambas empresas enfrentan los movimientos y vaivenes en el mercado asiático que no facilitarán la integración.