Un nuevo modelo de negocios que marca una alternativa con respecto al negocio tradicional, muy instalado en la industria de la telefonía en Argentina, detectó la empresa Vrainz, con respecto a las tendencias y estrategias del mercado móvil. Esta tendencia consiste en financiar equipos de telefonía.
Aunque por el momento, no parece influir en mercados como el argentino en donde la amplia mayoría del 30% de los usuarios que utilizan planes pospagos cuenta con un contrato de 18 o 24 meses de duración, según Vrainz, los efectos que ya se sienten en los Estados Unidos, tarde o temprano, generarán cambios importantes en nuestro país, especialmente en el segmento de los Smartphones.
Los contratos fijos aun resultan muy atractivos para las operadoras en muchos países del mundo. Y es que permiten asegurarse la permanencia de los usuarios por un determinado período de tiempo. Fue en parte gracias a esta estrategia, que estas empresas lograron mantener bajos los niveles de fuga de clientes hacia otras competidoras (también llamado churn) a lo largo de los años.
Estos contratos fijos incluyen un subsidio para equipos y permiten a los usuarios acceder a un teléfono móvil a un precio menor al que éste se encuentra en el mercado. En definitiva, un buen argumento para atraer a millones de personas que deseaban contar con equipos de última generación, pero no disponían del dinero para obtenerlos. Pero a cambio de esta ventaja, los usuarios deben comprometen a mantenerse fieles a la compañía que se los vendió. Este modelo, sin embargo, ya está cambiando a partir de dos factores: el crecimiento del mercado de teléfonos con su SIM liberada, capaces de funcionar en cualquier compañía, y por sobre todo, por la baja en el precio de muchos equipos de cada vez mayor calidad.
El aluvión de smartphones disponibles por menos de $200 o $300 dólares en los mercados desarrollados provocó que millones de usuarios dejaran de encontrar un incentivo en los subsidios, y prefirieran obtener un equipo por poco dinero y contratar un plan flexible. Otro tanto vino por el lado del crecimiento de las operadoras virtuales (MNVOs), las cuales ofrecen paquetes de voz, SMS y datos muy baratos y terminaron por darle otro golpe al modelo tradicional. Así fue que en los Estados Unidos, tres de las cuatro principales operadoras dejaron de ofrecer teléfonos subsidiados y discontinuaron sus planes de permanencia fija.
Los planes de financiación
En paralelo al éxito de estos smartphones económicos, compañías como T-Mobile, Sprint y Verizon comenzaron a ofrecer financiamiento en hasta 24 cuotas fijas sin interés para quienes aspiraban a adquirir equipos de marcas emblemáticas y contar con la tecnología más sofisticada del mercado. La iniciativa tuvo muy buenos resultados y dio origen a una nueva tendencia. Cabe recordar que en Estados Unidos y otros mercados no es frecuente que los medios de pago ofrezcan este tipo de planes de cuotas.
A diferencia de lo que ocurre con los subsidios a equipos, el usuario ahora paga en modalidad de cuotas el precio total del equipo. A cambio obtiene un dispositivo que no tienen límites ni restricciones, y se inscriben en contratos que se renuevan mes a mes y no contienen cláusulas con penalidades, si desean cancelarlo. Y como debe seguir pagando el equipo hasta haberlo abonado en su totalidad, en los hechos, también como un contrato de permanencia.
Este nuevo contrato fue muy bien recibido por los usuarios, y de manera inesperada, este sistema de financiación le abrió las puertas a un nuevo competidor: los fabricantes, que ahora buscarán la manera de quedarse con la fidelidad de los usuarios y reducir a las operadoras a meros proveedores eventuales de servicio.
La fidelidad ha muerto. ¡Viva el prepago!
La primera empresa en darse cuenta de este cambio de paradigma, y de aprovecharlo a su favor, fue Apple. Samsung, por su parte, anunció un plan similar. De esta manera los fabricantes ingresan en un negocio que, hasta hace poco tiempo, les estaba vedado. Pero lo más importante es que capturan algo a lo que nunca tuvieron acceso, y que hasta ahora era territorio exclusivo de las operadoras: la fidelidad del usuario.
Así, es posible que estemos viviendo una inversión total del sistema. Mientras que antes se elegía una operadora, y cada uno o dos años se renovaba un equipo, eligiendo el más moderno, o en realidad, el que estuviera disponible, es probable que en un tiempo la opción pase por elegir un ecosistema y un fabricante de teléfonos, y que contratar a una operadora se convierta en un hecho meramente circunstancial que se adapte al precio del minuto y los datos, a la cobertura, y a la calidad del servicio al cliente. No sería raro que en algunos años algo de esto llegue a Argentina, a pesar de ser un país con baja bancarización, donde los créditos personales no son muy frecuentes.