El peso diario que tiene el email o correo electrónico en nuestras tareas cotidianas favorecen estas prácticas, poco usadas.
No importan cual sea su trabajo o el tamaño de su empresa: es seguro que recibe más correos electrónicos a diario de los que quisiera, ni hablar si hubo algún desperfecto o viaje: la avalancha puede resultar mortal.
Una de las razones del esto es que el email es, probablemente, la herramienta de comunicación más popular para las compañías, en parte debido a su habilidad para documentar conversaciones y servir como un repositorio donde buscar información.
Incluso las nuevas generaciones laborales – los Millennials – pues permite recibir instrucciones que pueden ser ejecutadas en la medida en la que son recibidas.
Información vital y sensible
De hecho, si muchas veces se dice que tiene el correo lleno de cosas sin valor y que debe hacer una limpieza “radical y profunda”, puede que le sorprenda que el número de correos eliminados – sacando el spam – sea, en realidad, relativamente pequeño.
¿Por qué? Por lo mismo que estudios recientes sugieren que tres cuartas partes de la propiedad intelectual de las organizaciones están contenidas dentro de emails y sistemas de mensajería: información importante va y viene a través del correo.
Es por ello que hay que prestarle más importancia a este recurso y proteger los datos importantes.
Sin embargo, conservar toda esa información puede saturar los servidores de almacenamiento de su compañía. ¿Qué hacer?
Bueno, “archívelos” fuera de su bandeja. Esta es una herramienta que, por antigua, puede estar un poco oxiddada pero tiene, al menos, estas cinco ventajas:
Archivar los emails no es nada nuevo. La herramienta ha estado con nosotros por años, ¿Entonces por qué no la utilizan más compañías?
Aquí hay cinco beneficios de usar esta solución.